30.3.06

ESTRAGOS JUDICIALES

Conversando hace algunos días con un colega comentábamos sobre algo que viene pasando como consecuencia del nuevo sistema penal que, como es sabido, es ahora fundamentalmente de carácter verbal u oral. Y son las graves falencias que muestran algunos abogados litigantes para intervenir con coherencia, lógica y fluidez verbal en las audiencias en las que les corresponde actuar.

Acostumbrados durante décadas a un sistema esencialmente formalista y escrito, este nuevo sistema nos obliga a mantener una mayor agilidad mental para rebatir, preguntar y contrapreguntar al instante, sobre la marcha, a testigos y peritos, y a recibir respuestas inmediatas de los mismos. De allí que las pifias de muchos abogados (aunque también de fiscales y jueces) están a la orden del día. Por eso se está pensando en hacerles control antidoping al inicio de las audiencias.

Coincidencialmente leí por esos días en algún blog, del que infortunadamente perdí el link (creo que es dominicano) ciertos apuntes sobre esta misma cuestión que, por ser tremendamente parecidos a los que se empiezan a ver por acá, me resultaron irresistibles. Por eso, los cito aquí como una humilde y cariñosa contribución al mejoramiento de la inteligencia judicial que, según tengo entendido, de que existe, existe.

Algunas preguntas, obviamente, no tienen respuesta posible. Otras, son respuestas sarcásticas, en ejercicio pleno del testigo de su derecho fundamental a aprovechar la papaya.

Le pregunta el abogado al medico legista: "Y bien, doctor, ¿no es cierto que cuando una persona muere durante él sueño, no se entera hasta la mañana siguiente?"

Le pregunta el abogado al testigo: "El hijo mas joven, el de veinte años, ¿qué edad tiene?"

Otra pregunta del abogado al testigo, mostrándole una fotografía: "¿Estaba Ud. presente cuando le tomaron esta foto?"

Le pregunta el abogado al testigo: “¿Estaba Ud. solo, o era el único que estaba allí?"

Otra pregunta al testigo: "¿Fue Ud. o su hermano menor el que murió en el atentado?"

Una nueva pregunta al testigo: “El sospechoso al fin ¿a quien mató, al occiso o a Ud.?"

Le pregunta el abogado al testigo: "¿A que distancia estaban los vehículos uno del otro en el momento de la colisión?"

Otra pregunta al testigo: "Ud. permaneció en ese sitio hasta que se marchó, ¿no es cierto?"

Nueva pregunta del abogado al testigo: “¿Cuántas veces ha cometido Vd. suicidio?"

Le pregunta el abogado a la testigo: "¿De modo que la fecha de la concepción de su hijo fue el 8 de agosto?" La testigo responde: "Sí, doctor" Le pregunta nuevamente el abogado: "Y ¿qué estaba Ud. haciendo en ese preciso momento?"

Pregunta del abogado al testigo: "Ella tuvo, entonces, tres hijos, ¿cierto?" El testigo responde: "Sí, doctor" Nuevamente pregunta el abogado: "¿Cuantos fueron varones?" Dice el testigo: "Ninguno, doctor" Pregunta otra vez el abogado: "Entonces ¿cuántas hijas mujeres tuvo?"

Pregunta el abogado: "¿Dice Ud. que las escaleras bajaban al sótano?" El testigo: "Sí" Nueva pregunta: "Y esas escaleras, entonces ¿también se podían usar para subir?".

Le pregunta el abogado al testigo: "Dígame, Ud. se fue de luna de miel bastante lejos, ¿no es cierto?" El testigo: "Bueno, en realidad me fui a Europa" El abogado pregunta: "¿Y su esposa lo acompañó?".

Pregunta el abogado al testigo: "Cuéntenos, ¿cómo fue que terminó su primer matrimonio?" Responde el testigo: "Por muerte, doctor" El abogado contraataca: "Ajá, y ¿por la muerte de quién terminó?".

El abogado pregunta: "Señor Ramírez ¿puede Ud. describirnos al individuo en cuestión?" Responde el testigo: "Claro, era de estatura mediana, fornido y recuerdo que tenia barba" Pregunta nuevamente el abogado: "Y nos puede decir ¿era hombre o mujer?".

Le pregunta el abogado: "Díganos, señor López, su presentación en esta mañana ¿es consecuencia de la citación que se le envío a través de su abogado?" El testigo: "No, doctor, yo siempre me visto así para ir al trabajo".

Pregunta el abogado al medico forense: "Doctor, ¿cuantas autopsias ha realizado Vd. sobre personas fallecidas?" Responde el galeno: "Hasta ahora, todas mis autopsias las realice sobre personas estrictamente fallecidas".

Le dice el abogado al testigo: "Le recuerdo que cada una de sus respuestas debe ser verbal, ¿de acuerdo? Entonces, díganos ¿en que escuela cursó Ud. la primaria?" Responde el testigo: "En la verbal".

Pregunta del abogado al forense: "Díganos, doctor ¿recuerda Ud. la hora en que examino el cadáver?" Responde el medico: "La autopsia comenzó alrededor de las 8:30 p.m." Nueva pregunta: "Y el occiso ¿ya había fallecido para ese entonces?" Respuesta: "No, estaba sentado en la mesa preguntándome porque le estaba haciendo una autopsia"

Pregunta al testigo: "Y, entonces, ¿le dispararon en medio de todo ese despelote?" Responde el testigo: "No, me dispararon mas arribita, casi en el ombligo."

Pregunta al testigo: "¿Está Ud. preparado para proporcionar una muestra de orina?" Contesta: "Sí, doctor, lo he estado desde mi más tierna infancia"

Pregunta al medico forense: "Doctor, antes de realizar la autopsia, ¿verificó si había pulso?" Medico: "No" Abogado: "¿Verificó la presión sanguínea?" Médico: "No" Abogado: "¿Verificó si había respiración?" Médico: "No" Abogado: "Entonces, ¿es posible que el hombre estuviera vivo cuando Ud. comenzó la autopsia?" Medico: "No" Abogado: "Y si Ud. no verificó ninguno de sus signos vitales, entonces ¿cómo puede estar tan seguro, doctor?" Medico: "Porque su cerebro estaba sobre mi mesa, en un frasco de vidrio" Abogado: "Ajá, pero, aun así, le insisto, ¿podría haber estado aun vivo el occiso?" Médico: "Bueno, pensándolo bien, sí, es posible que hubiera estado vivo y estuviera ejerciendo de abogado en alguna parte”.

23.3.06

¡NO PASARAN!

Que Apolinar Salcedo, a pesar de su extracción humilde, terminó defraudando a todo el mundo, pero en especial a los más humildes de Cali. Que todo apunta a que, así le falte un minuto para finalizar su mandato, terminará revocado, dándonos el dudoso titulo de ser la primera ciudad con alcalde destituido popularmente. Que tiene a Cali convertida en un caótico laberinto, porque le dio, para rebuscarse su lugarcito en la historia caleña, supongo, por hacer Mío, cambio de colectores y todo tipo de obras publicas a la vez. Que la Procuraduría lo tiene en la mira con más de diez cargos en su contra por el contratico de Sercali. Todo eso es cierto. Por lo tanto, vaya y venga.

Pero, como el inefable Polo tiene un extraño talento para siempre terminar haciendo una embarrada más grande que la anterior, ahora resulta que, con plata del menguado erario publico y decreto municipal a bordo, decidió impulsar a todo vapor la celebración del
Primer Festival Vallenato de Cali, con el propósito declarado de convertirnos en algo así como la segunda ciudad del vallenato en Colombia. ¡Errrrda, que joda es esa, cuadro!

Sí! Yo lo vi, sentado junto a Amparo Sinisterra de Carvajal, extraída de la mas rancia (muy rancia, por cierto) oligarquía caleña y quien funge por estos días como asesora cultural (o algo así) del municipio, haciendo el lanzamiento del bodrio en los noticieros regionales. Y, claro, ahora se ven los comerciales invitando a la gente a volverse adicta al vallenato, rancherato mejor, por cuenta de la chochera de la dichosa señora que ha visto en esto “la posibilidad de otra expresión popular musical para Cali”. ¡Por favor!

Que va vaina con esta adolorida ciudad. El último reducto de una singular querencia popular cultivada a lo largo de décadas, como es la salsa, ahora es atacado desde las mismas esferas oficiales. Y eso que cuando Polo se pone eufórico, como en la pasada Feria de Cali, sale a declarase salsero y que la salsa por aquí y que la salsa por allá. ¡Hipócrita, eso es lo que es, mostrándose como una oveja salsera cuando resultó con corazón de lobo vallenato!

Esto ya se veía venir. Lo venimos advirtiendo desde hace rato. La salsa o, mejor, la cultura salsera está dando bocanadas de moribundo y nada que le sale doliente. Esa extraordinaria música, tan ligada a la idiosincrasia caleña, se encuentra ahora arrinconada como muchacha de servicio en bridge de señoras. Decir que uno es salsero o que le gusta la salsa pasó de ser algo normal a una especie de confesión vergonzante. Lo único que falta es que en las discotecas, tabernas, bares y fiestas de quince pongan un aviso prohibiéndonos la entrada.

Claro, en realidad esta protesta no es contra los vallenatologos o vallenatofilos. Al fin y al cabo cada cual tiene derecho de hacer de su oído un orinal. Tampoco es por revirar ingenuamente contra una tendencia que nos impusieron desde hace rato las emisoras y las disqueras, aprovechándose especialmente de la ingenuidad y la hospitalidad musical de los caleños, que siempre pensábamos q
ue eran modas pasajeras y ahora tenemos reggeaton y vallenatos hasta en el cu…ello. Ya todo eso está dicho.

Lo que indigna es que en todos los folletos oficiales de promoción turística de Cali aparece siempre la infaltable pareja de salseros. O que en la decoración decembrina de la ciudad se destacan las figuras emblemáticas de la salsa. ¡Y ahora resulta que somos vallenatos por decreto! Si lo que hace falta precisamente es que se emprenda una ofensiva recuperadora del gusto por la salsa, por la buena, se entiende, que es el género musical que está menguado, indefenso, atacado por todos los costados y victima ahora de la puñalada trapera del alcalde Polo.

En mi concepto, y en el de muchos caleños, afortunadamente, siempre será preferible una canción salsera que cualquier tema de reggeaton o vallenato, sobre todo si se tiene en cuenta los esperpentos que uno escucha por acá. Por tanto, nos declaramos en franca rebeldía contra el intento de la Alcaldía de transformarnos en Frankenstein musicales, con cabeza reggeatonera, muñones vallenatos y corazón de salsa. ¡Guacale!

Por eso, ayer madrugué a firmar la lista de los que piden la revocatoria de este nunca bien lamentado Alcalde que, a pesar de todos los chicharrones que tiene por arreglar, aun tiene tiempo para sentarse a pensar como jodernos un poquito más. ¡Que se vaya!

Así que, a la manera de Andrés Caicedo (ay, hermano, como hacés de falta) digamos:

EL PUEBLO SALSERO DE CALI

Denuncia y rechaza unánime y combativamente
el abusivo intento de la oligarquía caleña
De exterminar la pasión por la salsa a punta de vallenato y reggeaton.
Sepan, tiranos y traidores, que cada salsero cavará una trinchera musical y dejará en ella hasta su último aliento.
Inspirados por Lavoe, Blades, Ponceña, Mulenze y demás caudillos de la salsa
Daremos la batalla hasta la última nota.

NO PASARAN!!!
¡SALSEROS DEL MUNDO, UNIOS!

13.3.06

PERDON EXPRESS

“JORGE ELIECER OSORIO MARULANDA c.c. 71.216.102 pide perdón a la familia de
JOHAN ANDREY ZAPATA RIVERA, está totalmente arrepentido por la muerte de JOHAN
ANDREY ZAPATA RIVERA, reconoce el daño moral y material que causó por lo cual
les pide perdón y ruega a Dios para que les de consuelo y promete nunca más
repetir esta acción”

Avisos como este han empezado a aparecer con frecuencia en la pagina de clasificados del periódico El Colombiano de Medellín. Son de paramilitares presos que, con este inusitado modo de pedir perdón a las familias de sus victimas, pretenden ganar beneficios de rebaja en sus penas. Para ello, además de publicar estos avisos, en ocasiones también pagan misas en las que los curas de parroquia leen a una feligresía impávida el aviso de marras. Después, los recibos de pago, tanto del clasificado como de la ceremonia religiosa, se envían al juzgado con la respectiva solicitud de rebaja. El costo de ambos no supera los sesenta mil pesos.

Cuando los leía no podía evitar preguntarme cual seria la reacción de los familiares, digamos por ejemplo, de Johan Andrey, al leer este tipo de avisos. Eso, claro, en el improbable evento de que lo hubiesen visto, en letra diminuta y perdido en la maraña de avisos judiciales y edictos de remate. Desconcierto? Ira? Se sentirían ofendidos o se considerarían realmente resarcidos en su aflicción?

Difícilmente, pienso yo, puede una persona normal entender el sentido de esta afrentosa manera de pedir perdón. Sin dar la cara, sin necesidad de pararse frente al ofendido y decirle, mirándolo a los ojos, que realmente siente vergüenza por haberle quitado la vida a su ser querido.

Pero, que nadie se sorprenda. Los avisos de perdón y arrepentimiento por periódico son el necesario resultado de un sector social desalmado e insensible, que busca formalizar de cualquier forma lo que en un principio se planeó con un propósito distinto. Cuando la necesidad de reconocer el delito y mostrar una contrición genuina de los victimarios se pervierte de esta manera y se pragmatiza bajo la búsqueda prioritaria un beneficio judicial, en realidad lo que se hace es restregar aun mas el limón en la herida de quien sufrió el daño por el crimen. Allí no hay resarcimiento para el que sufre ni muestra legitima de arrepentimiento por parte del ofensor. Es solo un triste y patético remedo de perdón.

No se a quien se le habrá ocurrido este exótico procedimiento. La ley, de seguro, no estipula este adefesio. Tampoco estoy seguro de su efectividad judicial, aunque en nuestro medio se ven unas cosas. Es probablemente el invento de algún golilla que, en su inventiva, ideó esta forma de perdón express para su defendido. Y, claro, como es fácil, no requiere dar la cara y es barato, pues quien puede negarse a pedir perdón de esa manera.

Se estremece uno ante la idea de que algún día nos toque ver avisos similares pagados por Tirofijo o por Mancuso, pidiéndonos perdón por décadas de asesinatos, secuestros, mutilados, despojos violentos, robos, etc., con letrica menuda en una refundida pagina de clasificados de un periódico dominical.

Aunque, seguramente, el mensaje real detrás del aviso es que la letra menuda es del mismo tamaño del alma de quien pide perdón de esa manera.

8.3.06

LAS PUTAS FARC

Me ha venido a la mente con insistencia, a raíz de los últimos hechos de orden público, la conocida anécdota que le escuché antes de su trágica muerte al siempre recordado humorista Jaime Garzón. Según contaba, en el tiempo en que se desempeñaba como alcalde local de Usme, recibió un oficio de su jefe inmediato requiriéndole para que enviara un informe urgente sobre el número de casas de cita o prostíbulos que se hallaran ubicadas en esa localidad. Transcurridas varias semanas sin recibir respuesta, el funcionario le reiteró a Garzón, vía telegrama, la misma petición, recordándole la urgencia de tener dichos datos. Como respuesta, genial y contundente, nuestro personaje le respondió por la misma vía: “Revisada minuciosamente la zona a mi cargo las únicas putas que encontré fueron las putas Farc. Punto”.

Y la expresión viene a cuento precisamente porque de las Farc y de sus tropelías es de lo único que se viene hablando en los últimos días. Ni siquiera el TLC ni la cercanía de las elecciones parlamentarias las desbancan de los titulares de prensa. Primero, fue el bombazo contra la Sijin en Cali, en el cual la guerrilla pulverizó a un humilde carretillero y a su nieto, a los que previamente contrató para llevar la bomba. Fueron los únicos muertos en esa ocasión.

Después, tuvimos los pasajeros de un vehiculo de servicio público, que fueron inmisericordemente acribillados a tiros por las Farc por atreverse a violar uno de sus peligrosos paros armados. Y, posteriormente, fue la masacre de varios concejales en el Huila. Mas de 23 muertos en veinte días. Todos inermes ciudadanos, todos ajenos al conflicto. Además, parálisis en el transporte de tres departamentos y gasoductos y torres de energía volados por doquier.

Aparte de la demencia asesina de la guerrilla, sobre lo cual no voy a llover sobre mojado, la cuestión es: ¿Cómo así? ¿Acaso no se nos viene diciendo por el gobierno de Álvaro Uribe que la llamada Seguridad Democrática tenía en vías de rendición a las Farc, o al menos, que estaban arrinconadas? ¿No era, entonces, la seguridad urbana y la recuperación de las carreteras fundamento indiscutible del reconocimiento popular de este gobierno, que mantienen en el curubito de las encuestas al mismo candidato-presidente?

Sí, ya se, que el terrorismo no es fácil de combatir. Sí, ya se, que dos o tres guerrilleros pueden fácilmente poner una bomba o montar un retén. Sí, ya sabemos todo eso. El gobierno, y no solo este, se ha encargado de recordárnoslo con bastante frecuencia. Pero ese discurso ya nos empieza a cansar, porque últimamente, la única respuesta a las masacres y desmanes de la guerrilla son discursos veintijulieros en los cuarteles o purgas militares. O ambas. Y nada más.

Nos parece que habiéndose cerrado, y parece que por un buen tiempo, la opción de la negociación tanto por el gobierno como por la guerrilla, la apuesta por la guerra no nos permite vislumbrar una solución ni a corto ni a mediano plazo a este conflicto que nos ahoga en sangre. Y, sobre todo, en sangre de civiles más que de los propios antagonistas directos. Las Farc muestran las uñas cada vez que les da la gana y la sensación ciudadana de que contra eso nada parece valer crece cada vez mas.

Esta no es una guerra barata. Nos cuesta a todos los colombianos cifras enormes del presupuesto nacional año por año, del cual se desplazan desde hace décadas los recursos de inversión social, tan necesarios y urgentes para mas de 22 millones de pobres, para alimentar los pertrechos que exige la dichosa guerra. Por eso, cuando después de tanto esfuerzo se nos dice, por un lado, que esta es la única salida y, por el otro, que vamos ganando los buenos, que somos mayoría, eso es cierto, lo justo es que los hechos empiecen a reemplazar los discursos. Pero, nada. Los logros, amplificados artificialmente por el manejo mediático, se ven minúsculos cuando suceden tragedias y masacres como las que aquí reseñamos.

Y vuelve el miedo, la zozobra, la incertidumbre. En definitiva, para el ciudadano común las promesas de pronta victoria militar se volvieron entelequia política y, lamentablemente, en ese descrédito viene siendo arrastrado el Ejército, cuya imagen pública siempre había sido altamente favorable. Ahora, el triste espectáculo de generales y oficiales defendiéndose del “fuego amigo” se volvió consuetudinario. Por eso, se nos antoja que la dirigencia militar vive ahora más pendiente del oficio que les da la baja que de las mismas balas de la guerrilla. Así, claro, no se puede.

De allí que, como en la anécdota de Garzón, lo que venimos viendo por todas partes, antes que soluciones a este desangre nacional, son a las putas Farc y sus delirantes tácticas de terror. Ni más ni menos.

1.3.06

CARTA DESDE IRAK

La periodista norteamericana (y tambien blogger, tengo entendido) Farnaz Fassihi envió esta carta a sus amigos el año anterior. Y aunque han pasado varios meses desde entonces, me parece que lo que alli narra, dadas las noticias que recibimos desde Irak todos los días, está vigente. Por tanto, aquí la reproducimos integra, con la seguridad de que brinda una extraordinaria visión de la azarosa realidad de ese país:

“Ser un corresponsal extranjero en Bagdad estos días es como estar bajo arresto domiciliario. Olvidad las razones que me empujaron hacia este trabajo: una oportunidad de ver mundo, explorar lo exótico, hacer nuevos amigos en tierras lejanas, conocer sus costumbres y contar historias que pudiesen cambiar las cosas.

Poco a poco, día tras día, permanecer en Irak ha echado por tierra todas esas razones. Estoy atrapada en casa. Sólo salgo cuando tengo una buena razón para hacerlo y una entrevista programada. Evito ir a las casas de la gente y jamás camino por la calle. No voy al supermercado, no puedo comer en restaurantes, no puedo comenzar una conversación con un desconocido, no puedo buscar historias, no puedo conducir nada que no sea un coche blindado, no puedo ir a los escenarios de las noticias, no puedo estar en un atasco, no puedo hablar inglés fuera de casa, no puedo viajar por las carreteras, no puedo decir que soy americana, no puedo rezagarme en los controles, no puedo tener curiosidad acerca de lo que la gente dice, hace o siente. No puedo y no puedo. Ya he tenido muchos avisos, incluyendo a un coche bomba que explotó tan cerca de nuestra casa que rompió todos los cristales. Ahora mismo mi mayor preocupación de cada día no es escribir la gran noticia sino permanecer viva y asegurarme de que nuestros empleados iraquíes tampoco mueran. En Bagdad, soy antes responsable de seguridad que reportera.

Es difícil establecer exactamente cuándo fue el punto de inflexión. ¿Fue en abril, cuando Faluya escapó del control de los estadounidenses? ¿Fue cuando Moqtada declaró la guerra al ejército estadounidense? ¿Fue cuando el barrio bagdadí de Ciudad al Sader, el hogar del diez por ciento de los iraquíes, se convirtió en un campo de batalla cada noche? ¿O fue cuando la resistencia empezó a extenderse de los grupúsculos aislados en el triangulo suní hasta incluir a la mayor parte de Irak? A pesar de las afirmaciones optimistas de George Bush, Irak sigue siendo un desastre. Si bajo Saddam era una amenaza “potencial”, bajo los estadounidenses se ha transformado en una amenaza inminente y activa, un gran fallo de política exterior que se convertirá en la maldición de los Estados Unidos durante las próximas décadas.

Los iraquíes llaman a este desastre “la situación.”. Cuando les pregunta cómo van las cosas, responden “la situación es muy mala”.

Lo que quieren decir con “la situación” es lo siguiente: el gobierno iraquí no controla la mayoría de las ciudades, varios coches bombas explotan cada día por todo el país matando e hiriendo a montones de personas inocentes, las carreteras se han vuelto impracticables, sembradas con cientos de minas y explosivos colocados para matar soldados estadounidenses, hay asesinatos, secuestros y decapitaciones. La situación básicamente significa que hay una sanguinaria guerra de guerrillas. En cuatro días, han muerto 110 personas y alrededor de 300 han sido heridas solamente en Bagdad. Las cifras son tan impactantes que el ministro de Sanidad –que hasta ahora estaba haciendo un ejercicio de transparencia informativa– ha dejado de hacerlas públicas.

La resistencia ahora ataca a los estadounidenses 87 veces al día.

Un amigo viajó ayer a través de una barriada chiíta, en Ciudad al Sader. Me dijo que había jóvenes a la vista de todos enterrando improvisados explosivos en las calles. Cavaban un agujero profundo en el asfalto, enterraban el explosivo, lo cubrían de tierra y ponían encima un neumático viejo o una lata de plástico para advertir a los vecinos de la trampa. Me contó también que la mayoría de las carreteras de Ciudad al Sader tienen una docena de minas cada pocos metros. Su coche tuvo que serpentear entre ellas para evitarlas. Escondidos detrás de cada muro, hay iraquíes enfadados, listos para detonar los explosivos tan pronto llegue un convoy estadounidense. Y esto es territorio chiíta, esa población que se supone que ama Estados Unidos por liberar Irak.

Para los periodistas, el punto de inflexión llegó con la ola de secuestros. Hasta hace dos semanas, nos sentíamos seguros en Bagdad porque los extranjeros estaban siendo secuestrados en las carreteras y autopistas entre las ciudades. Hasta que llego una llamada de teléfono frenética a las once de la noche de una periodista amiga mía contándome que dos italianas habían sido secuestradas en sus casas a plena luz del día. Después, los dos estadounidenses, que fueron decapitados esta semana, y el británico fueron raptados de sus casas en una zona residencial. Estaban proporcionando electricidad 24 horas al día para todo el bloque desde su generador para así ganar amigos. Los captores cogieron a uno de ellos a las seis de la mañana, cuando salía para encender el generador. Su cuerpo decapitado fue arrojado cerca del barrio.

La resistencia, nos dicen, está desbocada, sin signos de que vaya a calmarse. De hecho, es más fuerte, organizada y sofisticada cada día. Los distintos grupos de militantes del partido Baas, criminales, nacionalistas y terroristas de Al Qaeda están coordinados y colaboran entre sí.

Fui a una reunión de emergencia para los corresponsales extranjeros con los militares y la embajada para discutir sobre los secuestros. Nos dijeron que nuestro destino dependería de dónde nos encontrásemos en la cadena del secuestro en el momento en que se supiese que habíamos desaparecido. Así es como funciona: una banda de criminales te secuestra y te vende a la resistencia Baas de Faluya, que después te vende a Al Qaeda. En cada turno, dinero y armas fluyen desde Al Qaeda a los militantes de Baas y a los criminales. Mi amigo Georges, el periodista francés secuestrado en la carretera de Nayaf, lleva desaparecido un mes sin una sola noticia sobre su posible liberación o si está aún vivo siquiera.

¿Cuál es la última esperanza estadounidense para una salida rápida? La policía iraquí y las unidades de la Guardia Nacional en la que gastamos miles de millones de dólares para entrenarlos. Los policías están siendo asesinados por docenas cada día –ya van unos 700 muertos hasta la fecha– y la resistencia se está infiltrando entre sus cargos. El problema es tan serio que el ejército se ha gastado seis millones de dólares en sobornar a 30.000 policías que acaban de terminar su entrenamiento para librarse de ellos sin hacer ruido.

Y sobre la reconstrucción: primero, es tan inseguro para los extranjeros trabajar aquí que la gran mayoría de los proyectos están estancados. Después de dos años, de los 18.000 millones de dólares que el Congreso destinó a la reconstrucción de Irak, sólo se han gastado unos 1.000 millones y una buena parte del dinero ha sido reasignada para mejorar la seguridad, un signo de hasta qué punto van las cosas mal.

¿Y los sueños de petróleo? La resistencia interrumpe de forma rutinaria la producción y como resultado de los sabotajes, el precio del petróleo ha alcanzado el récord de 49 dólares por barril. ¿A quién benefició exactamente esta guerra? ¿Mereció la pena? ¿Estamos más seguros ahora con Saddam encerrado y Al Qaeda campando a sus anchas por Irak?

Los iraquíes dicen que gracias a Estados Unidos han conseguido libertad a cambio de inseguridad. ¿Saben qué? Ellos dicen que cambiarían la seguridad por la libertad en cualquier momento, incluso si eso significa una dictadura.

Escuché a un iraquí culto que si a Saddam Hussein le dejaran presentarse para las elecciones ganaría por mayoría absoluta. Esto es realmente triste.
Esta semana fui a ver a un erudito iraquí para hablar sobre las elecciones. Ha estado intentando educar a la población de la importancia de votar. Él dice: “El presidente Bush quería convertir Irak en una democracia que fuese un ejemplo para el Oriente Medio. Olvidaos de la democracia, olvidaos de ser un modelo para la región, tenemos que salvar Irak antes de que todo esté perdido”.

Uno puede argumentar que Irak ya está perdido. Para los que estamos aquí, a pie de calle, es difícil de imaginar qué nada pueda salvarlo de esta creciente espiral de violencia. Como resultado de los errores de Estados Unidos, el genio del terrorismo, caos y mutilación se ha escapado en este país y ahora no se puede devolver a la botella.

El gobierno iraquí habla de elecciones en tres meses, mientras la mitad del país continúa siendo zona prohibida, fuera de las manos del gobierno y de los estadounidenses y lejos del alcance de los periodistas. En la otra mitad, el desencanto de la población es demasiado terrorífico como para dejarse ver por las oficinas electorales. Los suníes ya han dicho que piensan boicotear las elecciones, dejando la puerta abierta a un gobierno polarizado de kurdos y chiítas que no será considerado legítimo y muy probablemente llevará al país a una guerra civil.

Le pregunté a un ingeniero de 29 años si él y su familia iban a participar en las elecciones, ya que es la primera vez que los iraquíes podrán de alguna manera elegir su destino. Su respuesta se resume así: “¿Ir, votar y correr el riesgo de que te vuelen en pedazos o que te sigan los insurgentes y que te maten por colaborar con los estadounidenses? ¿Para qué? ¿Para practicar la democracia? ¿Estás bromeando?”

LA CASA VACIA

La casa yace, yace sin remedio, fantasma de sí misma, yace, yace, la casa pasa por sus vidrios rotos, penetra al comedor que está hec...