que somos habitantes
de una comarca extraña
MARIO BENEDETTI
“En Cali, el 74 por ciento de los ciudadanos somos felices.”
(Frase de un aviso publicado por
Uno se pregunta: ¿De verdad somos felices? Pero, antes vale preguntarse también quién lo dice.
A algunos, la mayoría, nunca nos encuestaron sobre si éramos felices o no. Entonces, se podría decir que oficialmente no se sabe si lo somos. Pero como los 2.000 encuestados dijeron mayoritariamente que lo eran, entonces la felicidad se hizo oficial y, por ende, obligatoria para todos.
Sentado lo anterior, preguntemos: Esta felicidad, ¿es resultante de alguna gestión de gobierno? Lo dudo mucho, pues los hechos tozudamente lo niegan. Basta recordar que este Alcalde anda por el 12% de aceptación ciudadana, lo cual dice bastante. Felices o no, los caleños califican esta Alcaldía como una mala o pésima gestión de gobierno. Eso es un hecho.
Pero, según la encuesta y
Si los ciudadanos son quienes habitan y padecen a diario la ciudad, parece que nos hallamos ante una situación paradójica: Cali es una ciudad infeliz habitada por gente, en su mayoría, feliz. Y si somos capaces de ser felices en medio de tantos problemas y en tan pésimas manos, nuestra felicidad está blindada y, prácticamente, asegurada. Nos hallamos, diría, condenados a la felicidad, venga lo que venga y pase lo que pase.
Conclusión: En Cali la felicidad tiene un nuevo significado. Falta por ver cuanto nos dura.
P.D. Y, sin duda, seremos más y más felices en la medida en que se acerque el final del periodo de la Alcaldía de Apolinar Salcedo.
¿Sería alguien capaz de preguntarles si son felices?