13.2.06

ORGULLO INVISIBLE

Ganar siempre será mejor que perder. O, al menos, eso aseguran Pambelé o Perogrullo, o ambos, y hasta el momento nadie los ha desmentido. Por eso, el Premio Nacional de Periodismo en la modalidad de Portal de Internet otorgado a la Generación Invisible por parte del Circulo de Periodistas de Bogotá (C.P.B.), es tremendamente satisfactorio y emocionante para quienes nos vinculamos a este proyecto desde hace ya varios meses. Ganamos y eso es importante.

Pero mas allá del galardón y de la explicable satisfacción personal de cada uno de los integrantes del colectivo, tenemos una razón mas profunda para sentirnos orgullosos: la de haber representado ante los grandes medios periodísticos del país una alternativa fresca, libre y autónoma de contar y opinar sobre la realidad de Colombia y del mundo en muchas de sus facetas. Y en esa labor no estamos solos. De alguna forma sentimos, al menos en mi caso, que en ese lugar de honor y de reconocimiento también se encontraban todos aquellos hombres y mujeres, la mayoría muy jóvenes, que a través de sus blogs, continua o esporádicamente, expresan sus pensamientos, sus ideas, sus emociones y su cercana cotidianidad en este país y aun fuera de él.

A sus trasnochadas, a sus desvelos detrás de un esquivo tema, a su sacrificio de pagar de su bolsillo el costo de mantener actualizado el blog, a sus permanentes dolores de espalda por las largas sentadas delante de la pantalla, al menosprecio o la burla de los que no entienden esta pasión, a todo eso yo le atribuyo este triunfo y por eso es valido compartirlo.

Recibimos un galardón que, aunque individualizado en el sueño y la iniciativa de Christian Pardo, nos abarca a todos, a los Invisibles y a los que de alguna manera nos enlazan y nos visitan para dejar sus opiniones y plantear una discusión siempre sana sobre cada artículo y cada tema tocado en nuestros respectivos sitios. Por tanto, también el triunfo es de ellos.

Probablemente, por cuenta de este reconocimiento, ya no somos tan invisibles, al menos no en el sentido de ser considerados una especie de escritorzuelos frustrados, como alguien alguna vez lo escribió, indignos de ser leídos o analizados. También este premio parece desmentir a quienes desde los grandes medios nos han calificado a priori y con generalidades, como una especie de lumpen intelectual. A todos ellos también les reconocemos hoy habernos dado el acicate del desprecio, que a muchos nos sirvió de motivación adicional para seguir con más pasión en esta faena. Gracias en lo que les toca.

Y a los compañeros de la G.I., que no considero necesario mencionar aquí por que todos en este medio los conocen o los pueden conocer a través de nuestro portal, también les extiendo un abrazo de felicitación y de compromiso, porque indudablemente creyeron en la idea y porfiaron en ella. Tal vez no todos lo hicieron con la misma dedicación, eso siempre pasa, pero cada uno sabrá valorar en su conciencia cuanto aportó para este quijotesco triunfo.

No se si los blogs sean el futuro del periodismo, como se dice ahora por allí. Es probable, pero no creo que ninguno de los Invisibles buscará conscientemente tan efímero honor, en un medio tecnológico como este, en donde el futuro consiste solo en vivir un día más para ver mas maravillas. Pero si el futuro es libertad e independencia de opinión, ese probablemente representa de mejor forma el ideal de la G.I.

De todas formas, este reconocimiento, salido de la más pura entraña periodística del país, nos señala caminos inimaginables a todos los bloggers. Parece decirnos con claridad que es importante lo que hacemos y lo que escribimos y que, conforme a ello, son mas grandes y mas serias las responsabilidades y los retos. De cada uno depende como asumirlos.

En todo caso, esta etapa parece no ser mas que eso, un escalón superado frente a miles mas por escalar que, individualmente, como lo hacen la mayoría, o colectivamente como escogimos hacerlo nosotros, tienen un propósito igual para todos: La posibilidad de expresarnos a través de palabras y de imágenes como nunca antes hubiésemos soñado hacerlo.

Por eso, citando a Rochefocauld, digamos que la pasión es el único orador que siempre convence a todos.

Saludos desde Cali.
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