17.9.05

¿SOMOS PIEDROS?

La noticia del mediodía nos sorprendió al taxista y a mí. Cruzamos una mirada a través del espejo retrovisor, pero ambos guardamos silencio: ¿Qué se podía decir? Según el locutor, un hombre había matado a otro a cuchilladas porque intentó quitarle una cucharada de su plato de frijoles. Una muerte mas, que más da.

Recordé, sin embargo, una conversación de hace un tiempo con cierto amigo recién llegado del exterior. Comentábamos sobre esa estela de violencia que dejan los colombianos tras de sí en cualquier lugar donde estén. Después de llevar y traer ideas al respecto, mi amigo terminó la conversación con una frase sentenciosa que de vez en cuando rememoro: Lo que pasa es que los colombianos somos muy piedros.

Es cierto. De verdad, sacarnos la piedra es muy fácil. Somos irascibles al extremo. Casi cualquier cosa nos saca de casillas y, aunque eso de por si no tiene nada de raro siendo, como es, una emoción muy humana, lo que nos distingue al respecto es la reacción, casi siempre desmedida y casi siempre violenta.

Supone uno que enojarse por alguna situación en particular le sucede por igual a un chino, a un esquimal o a un monje tibetano. Todos tenemos un punto de quiebre en lo que toca a la paciencia o la misma tolerancia, y el frenesí de los tiempos que vivimos nos tiene dañados los frenos del autocontrol, así que generalmente las reacciones son usual e instantáneamente hostiles.

Pero, insisto, la reacción del colombiano es distinta. Casi cualquier fricción con un semejante es excusa perfecta para el insulto procaz, para la amenaza y para la violencia. Un simple choque de vehículos, que a lo mucho ameritaría en otras latitudes una llamada telefónica o un intercambio de tarjetas de seguros, aquí puede implicar un duelo verbal de palabras soeces y convertirse rápidamente en un lance a machete, varilla, piedra o bala. Todo nos saca la piedra: lo grave y lo leve, lo fortuito y lo intencional, lo trascendente y lo intranscendente.

Vivimos constantemente piedros, putos o emputecidos, como se prefiera. Hasta las expresiones emocionales son agrias y contienen pesadas cargas de agresividad. Si alguien quiere echarle un viva a su equipo de fútbol, entonces la costumbre es bautizarlo con un sonoro madrazo. Hasta cuando estamos contentos estamos piedros. O si no, por qué será que las fechas más violentas son precisamente las que entrañan algún tipo de celebración colectiva, como el día de la madre, el de amor y amistad o el fin de año?

Y las cons
ecuencias de las sacadas de piedra están a la vista. Las mujeres maltratadas y la violencia domestica, cuyas estadísticas, aun cuando son incompletas e imprecisas por la naturaleza silente de este fenómeno, indican con alarma cuanta piedra hay en los hogares colombianos. Claro, es apenas lógico que quienes paguen el pato de tanta piedra acumulada sean las personas más cercanas y aun, paradoja de paradojas, las mas amadas por nosotros.

La mayoría de las muertes violentas tiene su causa mas reconocida en una sacada de piedra, sea por una deuda, por una afrenta personal, por un negocio mal hecho o por una mala expresión en una mesa de tragos. No hay lugar para el perdón, ni menos para el olvido. Así lo cantan Darío Gómez, el Charrito Negro o las Hermanitas Calle, y así se cree por doquier, en cualquier estrato social. No hay que dejarse joder ni agacharle la cabeza a nadie. Hay que defender lo de uno por encima de cualquier cosa. Cualquier atisbo de perdón o comprensión se ve feo, porque se entiende como debilidad. Por tanto, hay que vivir piedro, porque siempre habrá alguien que te quiera joder, humillar o pretender algo tuyo. Es la gran sacada de piedra nacional.

No deja uno de recordar que a un anciano octogenario de perenne toallita al hombro le sacaron la piedra hace como cincuenta años cuando le mataron sus marranos y sus gallinas en una recóndita finca del Huila. Y como consecuencia de esa legendaria sacada de piedra han muerto cientos de miles de colombianos de todas las clases, edades y géneros; se han ocasionado perdidas por millones de millones pesos, y se condenó a cuatro generaciones distintas a vivir bajo la bota de la violencia. Hoy, muchos años después del porci-gallinicido, se confunden los ecos del chillido de esos masacrados animales con los gritos y lamentos de las victimas de cientos de asesinatos selectivos, masacres, secuestros y todo tipo de desmanes cometidos durante estos años de violencia demencial.

Parece que lleváramos esa rabia interna y explosiva a todas partes y todo el tiempo. Tenemos el gatillo montado a toda hora, así que cualquier cosa lo dispara. Es como una especie de pasap
orte emocional que nos identifica tristemente delante de nuestros compañeros de planeta. Las causas, buenas y malas, aceptables o repudiables, lógicas o ilógicas, para esta extraña cualidad de nuestro carácter son infinitas y densas. Por tanto, este no será el espacio para su análisis.

Solo preguntaremos y nos preguntaremos: ¿Somos o no somos piedros?

P.D. Por si queda alguna duda, lean esto.

15 comentarios:

  1. Pues,si Vopa,somos piedros, y que?,sera acaso que no le gusto?pues pongala como quiera,si lo que buscaba era un piedro lo encontro,no mas dejese de pendejadas y arranque.....

    Que remedio,por lo mas minimo empieza algo que nadie sabe como termina,muchisimas veces en tragedias absurdas.

    Asi que tiene todita la razon,somos de la tierra de los piedros y sobre estos piedros edificaremos un pais de paz,la cita un poco o mas bien un mucho profana, pero me bailaba en la mente y salio como pedrada en ojo tuerto, siguen las piedras de alguna manera.

    De piedro en piedro se compone nuestra historia politica,el empiedro de Tirofijo por el asunto de los marranitos y gallinitas es bien ilustrativo,de ahi al empiedro de Castano por el asesinato de su padre no fue mas que otra reaccion en una socieddad que lleva toda una vida tratando de sacarse la piedra creando otro empiedro,una sucesion continua e interminable de empiedros y venganzas.

    Tenemos ahora la oportunidad de iniciar la epoca del desempiedre definitivo,tarea poco facil,para ello se requiere del desempiedre de cada uno en particular,ser amables con todo el mundo, no hay razon para no saludar al portero del edificio antes de reclamarle por algun servicio no prestado con la oportunidad que creemos merecer, de ahi en adelante ni para que seguir , seria canson e interminable la lista de desempiedres diarios, somos brusos, hoscos en el trato a los demas cuando no groseros y abiertamente hostiles.

    Una sonrisa,un corto saludo,o un simple ademan de gentileza, es capaz de desempiedrar muchas veces al mas hiriente manganzon que trate de amargarnos la vida, si o no?

    Pica Pidro

    ResponderBorrar
  2. A Pica Piedro:
    Tien usted razón cuando habla de las piedras sucesivas que se generan a partir del primer piedro que reacciona mal. Nuestra historia reciente y aun la remota esta plagada de ejemplos. Pero, la pregunta parece ser si en verdad podemos librarnos de esa gran ira que nos acompaña en todas las cosas que hacemos, decimos y pensamos? Consistirá la solución en una especie de proposito colectivo nacional para no seguir siendo piedros? La cosa parece utopica. Tal vez esta nueva generacion que ahora se levanta y que por lo menos viene de otra que ha empezado a pensar las cosas podria darnos alguna esperanza. Mientras tanto, seguiremos empiedrados secula secolorum. Saludos.

    ResponderBorrar
  3. VOPA;usted, no sabe o no quiere leer bien, yo soy "Pidro" no Piedro, o es que me quiere tomar el pelo, sepa que con migo si se le cuajan los orines,soy de los que me "lambo el bozo y me sabe a tigre"ni se me achique,ni recule le llego lo que le faltaba, arranque para que vea lo que es revolar...

    Todo se toma a insulto,absolutamente el menor detalle origina una confrontacion, se hace muy notoria esa condicion ,a quienes de cuando en cuando, acosados por la nostalgia visitamos el pais, nada se comenta por prudencia y respeto, pero se nota beligerancia.

    Si, si,claro que tiene remedio y estamos por conseguirlo, la paz y tranquilidad, se reflejara en todos los aspectos de la vida, recuerde son cincuenta anos de terror y asesinatos,esto deja huellas en el caracter de las personas, casi podria asegurarlo, observo en familiares y amigos cuando nos visitan, parecen personas diferentes, tranquilas, super amables, fiesteras, es cuestion del ambiente y este esta cambiando para bien, en esa querida Colombia.

    Pedro Piedro

    ResponderBorrar
  4. A mí sí es más difícil que me saquen la piedra... y por eso, por lo general, mucha gente termina piedra conmigo...

    ResponderBorrar
  5. A Pica Pidro o Pedro Piedro:
    Perdon por el error de tecleado. Es bueno saber que toma las cosas con buen humor, porque hasta por este medio tan impersonal danmiedito las personas piedras. Tal vez se necesita que uno este lejos de la tierra para poder observar cierto cambio en el caracter de la gente. Por acà es dificil advertir los cambios que usted menciona. De todas formas, tal como usted lo dice, es probable que las cosas esten cambiando para bien. Saludos.

    ResponderBorrar
  6. A Mal Ladròn:
    Lo que usted afirma si me parece el colmo: Que a la gente le salga la piedra porque uno no se empiedra con nada. Saludos.

    ResponderBorrar
  7. Vopa, yo no creo que el carácter irascible tenga mucho que ver con la violencia, son cosas bien diferentes.

    Primero hay una cuestión moral: lo de "no matarás" no se ha asimilado muy bien, pues el verdadero problema es de una deficiente humanización. Cuando yo leo las explicaciones que la gente en Colombia da sobre el narcotráfico me quedo con la impresión de que ha surgido una variante especial del Homo sapiens, como si Dios quisiera probar con sus muñecos estirándoles los lóbulos y produjera monstruos inverosímiles. Pero el narcotráfico es sólo un ejemplo, lo mismo pasa con cualquier tema, como el empleo o cualquier otra cuestión económica.

    Pero esa cuestión moral sólo es un aspecto de lo mismo: supongamos que la gente es irascible y al mismo tiempo odiosa y perversa. Eso no justificaría el que cualquiera intente resolver los problemas a golpes, incluso entre hombres mayores.

    Es como si la propia integridad física no importara mucho. Eso es lo que me parece característico. En cualquier otro lugar la gente puede ser muy irascible, pero por una parte el daño físico a otros se castiga, y por la otra tiene miedo de ver afectada su integridad física. Los enfrentamientos a golpes son de otra época.

    Saludos.

    ResponderBorrar
  8. A Jaime Ruiz:
    Me parece un poco ilogico separar la irascibilidad del colombiano de los fenomenos de violencia callejera, domestica y similares. La otra violencia, la del narcotrafico y la de la subversion nada tiene que ver con reacciones emocionales, esa es alevosa, planeada, friamente ejecutada, tras intereses prosaicos que no tienen relacion con sentirse ofendido o piedro. Las piedras no son, claro,la unica causa, pero si la mas patente. Por otro lado estoy seguro que Dios nada tiene que ver con los personajes que Ud. describe: el ser humano no necesita la ayuda de nadie para su maldad, en eso se pinta solo. Y estamos totalmente de acuerdo con que ese tipo de reacciones son obsoletas, pasadas de moda y todo lo demas, pero por aca no nos ha llegado esa noticia. Saludos.

    ResponderBorrar
  9. A Jazz:
    De acuerdo. Creo que la mayoria tenemos esa "cualidad" en mayor o menor medida, aunque algunos la exhiben como si fuera un adorno del caracter. se confunde a menudo dignidad o amor propio con responderle con piedra a todo el mundo.

    ResponderBorrar
  10. Vopa: es que yo no creo en una irascibilidad especial del colombiano, sino en una escasa valoración de la integridad física y aun de la vida propia y ajena.

    En todas partes hay gente muy irascible, pero el llegar a hacer daño físico a otros supone primero tener que vérselas con la ley, y segundo arriesgarse a sufrir también lesiones. Ambas cosas disuaden a cualquiera, pero en Colombia no por el fenómeno que yo llamo de primitivismo o de deficiente humanización, debido al cual la vida se produce en gran cantidad, fácilmente, y del mismo modo se pierde sin muchos problemas. Basta con excluir la ira y la maldad de las motivaciones de quien mata a otro o de quien muere estúpidamente, considerar por ejemplo los accidentes y atropellamientos en zonas rurales para entender que sencillamente la muerte ajena, y hasta la propia, son contingencias a las que no se les da demasiada importancia.

    La alegoría de Dios deformando a sus muñecos se me ocurrió para describir a los colombianos. Yo soy tan ateo que si Dios existiera lo mataría de la piedra que me daría tan absurda noticia.

    ResponderBorrar
  11. A Jaime Ruiz:
    Creo que esla combinacion de varias cosas. En el proceso sicologico de la reaccion airda y de la accion violenta intervienen varios factores, uno de los cuales es el elemento del irrespeto total por la vida del otro y hasta por la misma integridad. La ley, por simimsa, no disuade a nadie de acuerdo a un sistema judicial inoperante. De ahi el gran fracaso de la estrategia tradicional de imponer penas altisima, buscando desanimar al agresor. Lo unico que se ha logrado es llenar mas las carceles. Es una estrategia equivocada, de ahi el resultado que todo vemos. Lo de Dios se lo contesto despues. Saludos.

    ResponderBorrar
  12. A La Misma:
    Puede ser. Pero si queremos seguir subsistiendo como sociedad, debemos luchar individual y colectivamente contra esa lamentable tendencia. POr lo menos, hay que estar inconformes. Gracias por su visita y su comentario.

    ResponderBorrar
  13. Hola

    Soy Marcela Gallego de la ciudad de medellín, quería expresar que me da "piedra" que la gente sea "piedra", siento como impotencia de no poder hacer nada y ver como se muere el mundo lentamente.
    Lo peor es el absurdo silencio que ni las muertes mas atroces han logrado inrrumpirlos al contrario nos hunde más en esta dordida indiferencia.

    ResponderBorrar
  14. A Marcela:
    Uno de los sintomas de que existe esperanza de cambio es precisamente sentirse indignado por estas cosas. La confomidad nos arrojaria mas y mas de cabeza a la espiral de violencia que vemos a diario. Gracias por su visita.

    ResponderBorrar

Gracias por tu comentario, es siempre bienvenido

LA CASA VACIA

La casa yace, yace sin remedio, fantasma de sí misma, yace, yace, la casa pasa por sus vidrios rotos, penetra al comedor que está hec...