27.12.05

FERIA DE INFAMIAS

Había decidido, después del saludo de año nuevo, darme un descanso y, de paso, dárselos a ustedes. Pero la indignación me pica los dedos y me obliga a sentarme a teclear estas líneas. Indignación, digo, por las cosas que nos está tocando ver en esta mal llamada Feria que, en mi sentir, ni es feria ni es nada. Lo cual no debería extrañarnos si nos atenemos a los funestos antecedentes de indolencia y desgreño de quienes, por desgracia, tenemos hoy al frente de esta maltratada ciudad.

Por causa del obligado ocio del pasado 25 de diciembre decidimos con mi mujer asistir virtualmente a la Cabalgata, a través de la transmisión que hizo Telepacifico ese día. Y no sabíamos si morirnos de la risa o sentarnos a llorar por las escenas que allí se vieron, mismas escenas que, por cuenta de la transmisión en directo vía satélite, seguramente algunas personas en Colombia y en el mundo también pudieron ver. Que vergüenza y que pena con ellas! Mientras los presentadores soltaban sin pudor cuanta estupidez se les venia a la cabeza, al igual que sus embriagados entrevistados, lo que mostraba la pantalla era un pandemonium, un caos, un desorden total, en donde lo que menos se veían eran caballos y jinetes, que serian los protagonistas lógicos de toda cabalgata.

Borrachos de a pie y a caballo por todos los lados, personas que arrojaban todo tipo de cosas a jinetes y a espectadores, un mar de espuma blanca que cubría a casi todo el mundo, mujeres despechugadas al extremo que ameritarían una cabalgata, pero de tetas de silicona, personas invadiendo la calle totalmente, vendedores ambulantes, caballos enloquecidos por el cansancio y el bullicio… Y, según los cretinos comentarios de los citados presentadores, todo eso era la expresión de “…la mas autentica alegría del pueblo caleño”. Que pena y que vergüenza! Como profeta del desastre le dije a mi mujer: Si eso es lo que muestran en la televisión, como será lo demás; lo mínimo que hay es muertos. Y dicho y hecho.

Al otro día, después de esa barbarie citada como cabalgata, se registró en la prensa el timorato titulo de “Cabalgata: Caos y Alegría”. Supongo que el titular fue mas una nota diplomática que otra cosa, porque el artículo contaba más o menos lo mismo que se había visto en la transmisión televisiva. “Esto es una zona de guerra” afirmaba un entrevistado. Por otro lado, los noticieros radiales empezaban a comentar que uno de los jinetes habría sido asesinado a bala en plena cabalgata y que por los menos siete caballos habrían aparecido muertos, algunos a cuchilladas, mientras mas de quince se habrían extraviado por cuenta de la enlagunada alcohólica de sus montadores.

Lo que era rumores o noticias sueltas, hoy aparece confirmado: EL PAÍS publica esta fotografía de un ejemplar muerto en plena calle. Los vecinos del sector en donde apareció cuentan que su embriagado jinete lo mató a cuchillo porque al parece el pobre animal no quería caminar mas. Esto habría sucedido a las 2 a.m. en el norte de la ciudad, sector en donde transcurrió la cabalgata. Por otra parte una funcionaria de Paz Animal, una ONG que lucha en la ciudad contra el maltrato de animales, denunciaba que ocho caballos habrían muerto durante la cabalgata y que 29 se habrían extraviado cuando sus jinetes, borrachos, los habrían abandonado porque se negaban a seguir cabalgando. También se cuenta de cierto ejemplar que se habría quebrado una se sus patas en una alcantarilla destapada, al que su jinete habría obligado a caminar mas de tres cuadras en tan lamentable estado, simplemente porque no se dio cuenta del accidente. No podría uno imaginarse más infamias, a nombre de tan falsa alegría colectiva, contra tan nobles e indefensos animales. ¡Que pena y que vergüenza!

La cereza del funesto cóctel la encontramos en el asesinato a bala, en plena cabalgata, de un palmireño que vino desde España a participar del jolgorio. En cierta parte del recorrido, el hombre, enceguecido por el bombardeo inmisericorde de espuma química, trató de apartar a los acosadores son su zurriago, ante lo cual uno de los tantos pistolocos que deambulan en esta ciudad le propinó certero disparo que, dada la imposibilidad de trasladarlo rápidamente a un hospital por el caos vehicular ocasionado por la misma cabalgata, resultó mortal. Del asunto ni la Policía ni ninguna autoridad se percató, por lo que el asesino escapó entre la multitud sin mayor dificultad. Ahora, una familia llora tan estúpida muerte mientras el regocijo y la alegría de Cali continúa. ¡Que pena y que vergüenza!

¿Y la autoridad? El gris personajillo que funge como director de la Feria, tan reconocido en la ciudad por sus escasas luces y su desmedido servilismo, salió a negar el desmadre de la cabalgata con el pueril argumento de nada de lo que se cuenta pasó, que solo se perdieron unos cuantos caballos y nada más. En realidad, nada mas podría esperarse de él, no fuera a ser que algún comentario adicional o salido del libreto pudiera tirársele la juerga a su jefe, el alcalde Polo, a quien se le notaban los tragos de mas en la ceremonia de inauguración de la Feria que, para mayor desgracia, Telepacifico volvió a transmitir ¡en directo y con los mismos presentadores de la cabalgata! El Secretario de Gobierno, Miguel Yusti, tan dado a contar muertos y a reclamarlos, si son poquitos, como éxito de su buena gestión, esta vez solo salió a los medios a disertar sobre otro tema sobre el cual es profunda su ignorancia: el trapío de los toros, los tiempos de lidia, los protocolos y demás vitales asuntos de su labor como presidente de las corridas de toros. De lo demás, ni mú.

Ahora, cuando ya los relinchos adoloridos de los equinos se empiezan a apagar, suenan clarines y timbales al sur de la ciudad, en la Plaza de Toros, en donde, para que la alegría del pueblo caleño suba de tono, empieza la matanza lenta, selectiva y sangrienta de los toros de lidia. Es que, claro, como se dice por estos días, Feria sin toros no es feria. Así que, olvidémonos de los muertos y los heridos, de las desgracias administrativas, de la corrupción, de la violencia, del basurero, porque estamos en Feria y la barbarie debe continuar.

¡Que pena y que vergüenza! Qué mas puede uno decir…

15.12.05

SALSA Y NOSTALGIA

Por estos días se ha dado cierta discusión, aunque de baja intensidad, debo admitirlo, sobre un tema recurrente en Cali: Cuál es mejor, si la llamada “salsa vieja” o clásica, o la “nueva salsa” (si es que esto ultimo existe)? En realidad tal debate es viejo, pero ahora reverdece por cierta protesta de algunos salseros que rechazan la contratación para la Feria de Cali de veteranos artistas de la salsa como Johnny Pacheco, el Gran Combo y la Sonora Ponceña, entre otros, por considerarlos obsoletos y de repertorio desactualizado.

Sin embargo, esta controversia merece ser analizada desde un contexto claro: Cali dejó de ser, desde hace varios años y por muchas razones, la Capital de la Salsa, como se la bautizó hace unas décadas atrás gracias al predominio absoluto de este genero musical que, mas que eso, pasó a ser una especie de estilo de vida, de rasgo cultural y de sello de identificación de esta ciudad. Bajo el embate de una salsa anodina, primero, y por la invasión de géneros musicales extraños a la idiosincrasia caleña, como el merengue dominicano, el vallenato llorón (rancherato, que llaman) y, finalmente, el detestable reggeaton, lo que menos se escucha en Cali, hoy por hoy, es la salsa. Y la que por ahí se oye, o es una deformación alambicada, o es una repetición inmutable de algunos temas viejos que, aunque populares, no son necesariamente los mejores del genero salsero.

Entonces, cabe preguntarse si, desde esta lamentable perspectiva, es valido afirmar que en Cali estamos cansados de oír a los mismos con las mismas. Para resolver la cuestión, bien podríamos echar una ojeada breve al pasado de la salsa y entender como llegó a nuestros lares este vibrante ritmo musical que por años nos ha llenado el corazón de gozo inigualable. Inicialmente, debe aclararse que para muchos estudiosos del tema la salsa no es un ritmo o un genero musical definido, sino el producto de una amalgama de muchos ritmos y géneros, algunos antiguos como la guaracha, la pachanga y el son montuno, formada a partir del acoplamiento de esta música afrocubana con tendencias musicales mas modernas como el jazz, el blue, el twist y el mismo rock.

Igualmente se considera que la génesis de la salsa se dio en el corazón mismo de Nueva York, en el Bronx, en Brooklyn, en el Harlem hispano, lugares en donde se asentaron las primeras oleadas migratorias latinas, especialmente cubanos y puertorriqueños, llegados a la Gran Manzana a finales de los años 50 y comienzos de los 60. Fue allí, bajo el influjo de la nostalgia, que se empezaron a formar los sextetos y las charangas que, comenzando los 70, terminaron fundiéndose en las grandes agrupaciones salseras bajo la batuta de personajes como Johny Pacheco, Ray Barreto, Tito Puente, etc.

Sin embargo, la incipiente sonoridad era una música relegada al más puro corazón de la barriada, a las esquinas azarosamente pobladas de inmigrantes, a los apartamentos abigarrados en los ghetos puertorriqueños, a los puertos, a las fábricas. Y al final, nadie logra saber como se fusionó esto con aquello, resultando un ritmo pegajoso, sonoro y, sobre todo, conectado en sus acordes y letras con la necesidad de esa creciente comunidad desarraigada de apegarse a algo propio, a sus raíces, a algo similar a los ritmos autóctonos de las tierras dejadas atrás. Por ello, solo cuando Pacheco y Masucci, esa extraña pero efectiva sociedad de un dominicano y un judío italiano, de un músico y un abogado de divorcios, decidieron organizar una empresa discográfica en torno a toda esa camada de extraordinarios músicos que brotaban por doquier, fue que surgió el término “salsa”.

Y vinieron cosas extraordinarias: Primero, el concierto inicial en el vetusto local de Ralph Mercado el 26 de agosto de 1.971, que, abarrotado de gente delirante, marcó el inicio oficial de un ritmo que, aunque ya se escuchaba y bailaba en las calles de los barrios latinos, ahora salía a luz bajo la conjunción de extraordinarios y versátiles músicos y cantantes. En ese ya lejano día estuvieron en el escenario Richie Ray, Bobby Cruz, Willie Colón, Héctor Lavoe, Ray Barretto, Larry Harlow, Bobby Valentín, lsmael Miranda, Barry Rogers, Larry Spencer, Johnny Pacheco, Yomo Toro, Roberto Roena, Héctor "Bomberito" Zarzuela, Orestes Vilató, Adalberto Santiago, Santitos Colón, Pete "El Conde" Rodríguez, Roberto Rodríguez y Reinaldo Jorge, según nos cuenta el profesor Miguel Antonio Rodríguez. Después vino el concierto en el Yankee Stadium, para el que se anunció a la Típica 73, Mongo Santamaría, el Gran Combo de Puerto Rico y la Fania All Star. Cuando el presentador anunció a esta ultima la gente, en estampida, invadió el campo, por lo que el concierto se tuvo que suspender. Sin embargo, tanto la película como el disco, titulados Fania Live At The Yankee Stadium se vendieron como pan caliente, pese a que en realidad la Fania que allí aparece fue grabada en el concierto que se dio días después en el Coliseo Roberto Clemente de Puerto Rico. Estafa piadosa, lo llama el profesor Rodríguez. Y vinieron mas películas y mas discos, y la salsa se regó desde la misma N.Y. por todos el continente y, después, por el mundo entero.

Y precisamente, en medio de su auge, fue que la salsa llegó a Cali. Según cuenta el mismo Bobby Cruz, fue el empresario Eduardo Lozano quien, a cambio de Tito Puente, se arriesgó en 1.968 a traer a la Feria de Cali a dos estrellas en ascenso: Richie Ray y Bobby, que le habían dado un nuevo aire al viejo bogaloo y que andaban cocinando un ritmo nuevo: el jalajala. Fue la locura. También una enorme sorpresa oír ese vertiginoso ritmo en una ciudad aun provinciana que se contentaba con bailar en sus clubes sociales la música de Los Hispanos o Los Graduados, cuya música Andrés Caicedo llamaba con desprecio “el sonido paisa”. Y la masa de bailadores no fueron a los clubes, ni siquiera a los grilles. Se apretujaron en la caseta más grande, La María, a gozarse en vivo ese electrizante sonido, y allí, sencillamente, enloquecieron. A partir de este momento, la puerta quedó abierta para todas las estrellas salseras que venían a tocar con toda su fuerza y su bravura, con temas originales, recién salidos al mercado y con la misma calidad de sus grabaciones.

La salsa llego a Cali burlando la aduana de las casas disqueras locales, esquivando los filtros de los estudios de grabación, porque llegó en vivo y con los mejores. Al contrario de lo que pasa ahora, la gente primero escuchaba en directo la orquesta y después se recreaba con la música de las emisoras de salsa, que se ufanaban de traer su repertorio en "pasta americana" original desde la misma Nueva York, insigne fabrica salsera. Los conciertos o las presentaciones en caseta eran apoteósicos. Recuerdo con especial nostalgia a la Sonora Ponceña de la mitad de los 80 (recuerdan: "... de que callada manera se me acerca Ud. sonriendo...") y a Henry Fiol en su año de “Donde estará la melodía” y “Oriente”. Extraordinarios…

Pero, en honor a la verdad, el decaimiento de la salsa no es solamente un asunto en Cali, sino de carácter general. El desmantelamiento de la Fania, hacia finales de los años 80, la desbandada de los músicos en producciones independientes y, sobre todo, la intensa comercialización de las disqueras, apagó definitivamente el gusto por toda esa rutilante generación de músicos y cantantes y sus temas bravos. Aunque el fenómeno de Rubén Blades y su “salsa social” ("Siembra", con Willy Colón) logro revivir por algún tiempo la originalidad del genero, la decadencia definitiva llegó del brazo de la llamada “salsa rosa”, que empezaron a promover vocalistas de entraña salsera como Loui Ramírez y Ray de la Paz, la que después le dio paso a la “porno salsa” o “salsa catre”, representada por Eddie Santiago, Frankie Ruiz, Jerry Rivera, Rey Ruiz y otros por allí, que a base de publicidad desmedida, pinta de niñatos y letras almibaradas, cursis o de burda sensualidad, transformaron la salsa original en un esperpento que todavía nos atribula.

El surgimiento de orquestas autóctonas y de calidad, como Niche y Guayacán, y el auge temporal del “sonido cubano” de los Van Van, los Den Den, Isaac Delgado y otros, auspiciado por Gary Domínguez en su inolvidable “Taberna Latina”, logró retrasar la desaparición definitiva del gusto salsero en Cali. Pero la salsa de verdad desapareció de las emisoras y de la preferencia popular, bajo el arrollador influjo de las disqueras, mas interesadas en promover una salsa industrial, de sonido robotizado, sin matices, sin soneo, sin sabor para el bailador. Por ello, producciones brillantes como las de la Orquesta Mulenze, por ejemplo, son prácticamente desconocidas en la ciudad, relegadas a las salas de los coleccionistas o a la penumbra nostálgica de una que otra salsoteca que todavía subsiste en las barriadas.

Por todo esto, terciando en el debate que mencionábamos, diríamos que no tendría nada de malo que la anunciada visita de Johnny Pacheco, Richie Ray, Bobby Cruz, Rafael Ithier y otros “caballos” de la salsa, a pesar de su innegable ancianidad, de la opacidad de su voz, de su conocidísimo repertorio y de que seguramente no tocan ya con ellos muchos de sus músicos originales, nos vengan a dar un respiro, aunque sea pequeño, en medio de tanta mediocridad y tanta orfandad salsera.

Que, aunque fugaz, nos traigan con ellos el recuerdo del sonido de antes, para que, en alas de la nostalgia, se nos permita vivir el piadoso engaño de una Cali bailadora y salsera.

6.12.05

¿POR QUÉ SE QUEJAN DEL T.L.C.?

Francamente no entiendo por qué tanta quejadera sobre el T.L.C. y sus consecuencias, dizque funestas.

Lo que falta es un poco de ingenio y adaptacion para sacarle jugo a las cosas de los gringos. Si no lo creen, miren este par de ejemplos:

PRIMERO:
BOB ESPONJA EN U.S.A. :

BOB ESPONJA EN LAS CALLES DE BOGOTÁ :

SEGUNDO:

YOGA EN U.S.A. :


YOGA CRIOLLO (con efluvios etilicos, claro) :

(Fotografias fusiladas, sin permiso, de esta pagina: DIARIO NOCTURNO )

5.12.05

LA SONRISA DE RONALDINHO

Quien alguna vez se puso los cortos, se calzó los guayos y se fue a un potrero, o cancha, o peladero, con un grupo de amigos, o compinches, o compañeros, a patear un balón, va a darme la razón en algo: El fútbol es, fundamentalmente y antes que cualquier cosa, un juego. Y juego es, por definición propia, algo divertido.

Por eso, la elección de Ronaldinho como mejor jugador de Europa y, por esa misma vía, del mundo en estos momentos es, además de justa, gratificante. Es como si, después de décadas de someter al fútbol a todo tipo de experimentos atléticos, ajedrecísticos y de ingeniería espacial, a alguien se le hubiese prendido el bombillo y hubiese recordado que el fútbol es, reiteramos, un juego y, encima, divertido. Por tanto, por qué no premiar al que mas se divierte y divierte a los demás con sus jugadas?

Aprendimos a amar el fútbol desde niños y, como tales, siempre lo consideramos un juego. Y fue para todos, sin excepción, un juego encantadoramente fácil: Solo requería a unos cuantos de lado y lado de la cancha, un balón y empezaba la alegría. Algunos con mas habilidad, tenían la magia de la gambeta; otros, mas reposados, pensaban y hacían su jugada, primero en su mente y después con el pie; unos mas, aportaban su fuerza y hasta su rudeza; otros, se reían desde afuera de la cancha, gritaban, se burlaban de los torpes, aplaudían al habilidoso, se divertían. Todos, adentro y afuera de la cancha, gozaban del fútbol.

Es por eso que décadas después aun se habla de las piernas torcidas y las gambetas indescifrables de “Mane” Garrincha. O que se referencia a la Selección Brasil del Mundial del 70, con el fútbol mágico y poderoso de Pelé y la corte de genios, como Tostao, Gerson, Rivelino y demás, que lo secundaban. O que se emite, una y otra vez, el genial gol de Maradona a los ingleses. Eran genios o cracks, como se quiera decir, pero esencialmente era gente que, ante todo, se divertía con el balón en sus pies. Y esa alegría era lo que trasmitían a las graderías o a la audiencia televisiva.

Pero, inexplicablemente, o mejor, entendible pero lamentablemente, el fútbol, por las pasiones que despierta, se convirtió en un negocio. Y la esencia del negocio, a diferencia del juego, es ganar. A toda costa, de cualquier forma, no importa como, pero ganar, siempre ganar. Bueno, y algunos ahora piensan que también empatar es bueno para el negocio. Así que si no puedes ganar, por lo menos empata, de cualquier forma, de cualquier manera, no importa, lo que importa es el resultado. Y ahí se perrateó el juego y su alegría.

Porque, qué horriblemente aburrido se ha vuelto el fútbol. Desde la invención de los llamados “sistemas de bloque”, que empezaron a ponerse de moda después de la sorpresa que representó el llamado “fútbol total” de la Selección Holandesa en el Mundial del 78, todo se volvió sistémico y táctico. Los equipos empezaron a jugar un fútbol impersonal, lleno de esquemas extraños y con un despliegue atlético inusitado. Hasta las posiciones tradicionales cambiaron de nombre: Los habilidosos y gambeteadores de antes pasaron a ser volantes de creación; los delanteros, se convirtieron en medias puntas, cabezas de área o carrileros; los defensas, en stoppers, jugadores de área o taponadores. Hasta el cancerbero se convirtió, durante un buen tiempo, en un defensa mas o lo que se llamaba antes un libero. Se crearon esquemas tan llenos de números que los técnicos de hoy en día son mas matemáticos puros que otra cosa. Incluso, acciones tan fundamentales en el fútbol como es quitar el balón e iniciar un ataque, que antes lo hacia cualquier jugador, ahora se ha especializado de tal forma que hay volantes de recuperación, que quitan el balón, y volantes de armado o creación, que inician el ataque. Con el tiempo, algunos se especializaran en el saque de banda o en traer el balón cuando se desborde detrás de la cancha. Y serán figuras, no me cabe duda.

Las figuras que destacaron en esta nueva época del fútbol moderno llegaron y se fueron con mas pena que gloria. Muy pocos nombres se recuerdan y ninguno se equipara al de Pele o Maradona, cuyas jugadas aun deslumbran y parecen en los videos, como Gardel, que cada día jugaran mejor. Otras estrellas no son mas que el producto homogenizado y pasteurizado de los medios de comunicación o de los mercachifles del fútbol, que invierten ríos de tinta y despliegues verbales para convencernos de que fulano de tal, por hacer una jugada excepcional o jugar mas de dos partidos buenos, es el nuevo crack de la temporada. En realidad, lo que uno ve son jugadores potencialmente buenos, incluso excelentes, completamente castrados en su capacidad de improvisar, de inventar, de crear, amarrados inexorablemente al esquema, generalmente defensivo, del entrenador de turno. Son como esos tristes leones de circo que, amedrentados por el chasquido del látigo, rugen, pero no muerden; se mueven, pero no corren; parecen algo, pero no son nada.

Por eso reconforta, volviendo a Ronaldihno, que este delgado, mechudo y eternamente sonriente jugador sea ahora la nueva figura del fútbol. Solo basta verlo jugar para alegrarse y para disfrutar de una jugada impensada y genial, de esas que no requieren libreto, solo habilidad, genio y gusto por el juego. Y lo mejor, es que ríe, se ríe mucho Ronaldihno, no burlándose del contrario, al que, por lo general, deja tendido con un amague, un freno o un sutil toque lateral, sino de gusto, de alegría por el juego.

Y los demás sonreímos también. Porque amamos el juego y el juego, insisto, es alegría, esa que ahora, por cuenta de esta nueva figura, parece revivir. Y sonreír.

26.11.05

VERGUENZA

Existen muchas cosas que me avergüenzan. Y probablemente, en la medida en la que sigo viviendo, tales vergüenzas se acrecentaran o, simplemente, serán reemplazadas por otras. Por ejemplo, me avergüenza compartir la pertenencia al género humano con personajes como Hitler, Pinochet, Tirofijo, Jojoy, Mancuso o Carlos Castaño, solo por nombrar a los obvios. Incluso, en el caso de estos últimos, me avergüenza, además, compartir la nacionalidad y hasta la época en que nos ha tocado vivir.

Pero mi principal vergüenza como hombre es ser congénere de hombres que maltratan y abusan de mujeres y niños. Son los únicos casos en donde mi indignación borra por momentos mi obediencia al mandato de la misericordia que el Señor demanda para con el prójimo y, lo admito, quisiera agarrar a cada uno de estos abusadores y machacarles la cabeza a ver si se abre un resquicio de razonamiento y decencia.

Probablemente ayer, que se ha establecido como fecha internacional de la NO VIOLENCIA contra la mujer, muchos estuvieron pronunciándose sobre el tema, pero es muy probable que este sea una de esas fechas en que la gran hipocresía del mundo se manifiesta, en que se lavan en seco las conciencias, principalmente las de los indiferentes, y se vuelve al otro dia a la normalidad con el engañoso sentimiento de haber hecho algo bueno por alguien. O quizás, sea una de esas fechas que a fuerza de protestar y denunciar sobre un fenómeno tan conocido y tan extendido, que ahora se considera problema de salud pública mundial, no cambie nada. Puede ser.

Pero también puede ser que algún hombre maltratador en algún lugar se sienta enfrentado a su culpa. Y que, confrontado, se avergüence de su actitud y que, probablemente, se fuerce a si mismo a cambiar. Si, lo admito, son demasiados “puede ser”. Y la experiencia, desgraciadamente, nos indica que, dada la naturaleza humana, son pocos, muy pocos, los casos en que uno logra cambiarse a si mismo. Sin embargo, de eso se trata la esperanza.

Sin saber de la citada fecha internacional, había venido acumulando desde hace algún tiempo la información periodística que en El País, es decir, en un medio periodístico básicamente local, venía apareciendo cotidianamente sobre casos en que hombres energúmenos asesinaban a sus esposas, compañeras o novias, incluso, en buena parte de estos casos, frente a los propios hijos. Las han asesinado a bala, puñaladas, golpes, y hasta ahorcamientos. Y cuando ya los casos iban por doce o trece, solo este año, abandoné la cuenta, asqueado, cuando leí sobre un hombre que prstituyó a su sobrina de 11 años para extorsionar a sus conocidos. Recuerdo que en alguno de los últimos artículos se reseñaba que las autoridades se mostraban “preocupadas” por el fenómeno, que rayaba, o raya, en la epidemia.

Hoy leía, por ejemplo esta noticia, que narra como una mujer que se habría gastado algunos de los pocos dólares que su compañero le enviaba del exterior como ahorros, cuando supo de su inminente regreso y aterrada por las consecuencias que padecería, decidió fingir un secuestro suyo y de su pequeño hijo con el fin de justificar el faltante. Para darle mas credibilidad al asunto, decidió automutilarse uno de sus dedos para enviárselo al hombre como prueba del plagio. Solo alguien aterrorizado por un miedo irracional hacia otra persona puede llegar a ese extremo. Ya puede uno imaginarse la joyita de marido que tendría la pobre mujer.

Dolorosamente siempre recuerdo el caso de una mujer a quien conocí hace algunos años. Era una mujer joven, vital y hermosa, y así la recordaba hasta cuando hace algún tiempo vino a pedirme ayuda. Casi no la reconocí. El animal con el que vivía la había golpeado de tal forma que tenía totalmente deformado el rostro, después de recibir una salvaje andanada de patadas y golpes. Además, no contento con ello, la había arrastrado y arrojado por las gradas desde un cuarto piso. Debimos llevarla urgentemente al hospital, no solo para ser atendida por la golpiza, sino también porque, desesperada, se había tomado medio frasco de insecticida. No quería seguir viviendo, a pesar de tener dos hijos pequeños. Nunca quiso denunciarlo por el terror que le inspiraba el tipo.

Ahora, las estadísticas de la OMS nos informan que el maltrato a la mujer es un fenómeno mundial. Y, lo que es peor, que va en inatajable aumento. El punto más vergonzoso es que el mayor porcentaje de violencia, y el más letal, proviene de sus parejas, es decir, de los hombres que conviven con ellas. Incluso, las golpean, insultan, humillan, denigran, violan, persiguen y atemorizan en estado de embarazo o siendo sus propias hijas. No puede caber más degradación.

En Colombia el problema ya va en un incremento de casos del 200% en los últimos años, dentro de los cuales se combina la violencia física, sexual, verbal, económica y emocional. Como si fuera poco, ahora se denuncia que integrantes de las fuerzas militares habrían violando mujeres indígenas dentro del marco del conflicto armado. De comprobarse esto, no faltaría ninguna infamia más en contra de las mujeres en este país.

Probablemente lo más repudiable de todo es el silencio alrededor de este fenómeno. En un sistema cuyos ámbitos de poder son mayoritariamente ocupados e influenciados por hombres, la violencia contra la mujer parece ocupar un lugar muy insignificante en la escala de prioridades y soluciones que se requieren. Aunque existen normas que sancionan con prisión la violencia intrafamiliar, penas que en este año se han incrementado, la verdad es que la mayoría de estos casos no se denuncian y los que sí, entran a los anaqueles del olvido de los despachos judiciales, siendo escasísimos en los que han habido condenas ejemplares.

Y es entendible que no se denuncie. Además de un Estado desesperantemente incapaz de brindarle una protección mínima a las denunciantes, tenemos que los procedimientos judiciales someten a la mujer a adicional humillación al obligarla inicialmente a encararse con el maltratador, en una diligencia dizque encaminada a reconciliar a las partes. ¡Habrase visto tamaña pendejada! Cuando una mujer se atreve a dar el paso de denunciar, a sabiendas de las previsibles consecuencias, es porque se encuentra desesperada y sin salida distinta, así que es grotesco obligarla a sentarse frente al energúmeno que casi la mata a golpes a intentar llegar a un arreglo, como si fuera un problema de negocios o cosa parecida. Por lo general, y lo dicen las mismas estadísticas, muchas de estas mujeres nunca mas vuelven a continuar el proceso, no solo por las pocas esperanzas que este les brinda, sino porque el golpeador, violador y/o abusador que las maltrató se da muy buena maña para disuadirlas. El método ya es conocido.

Se que algunas mujeres leen con alguna asiduidad este blog, y algunas otras llegaran a él por accidente. A todas ellas, hayan sido maltratadas o no alguna vez en su vida por un hombre, quiero sinceramente pedirles PERDÓN, MIL VECES PERDÓN, en nombre de mi genero, pues aunque he procurado al máximo evitar todo tipo de violencia contra mujer alguna, no dejo de sentirme de alguna forma responsable por todas y cada una de las mujeres que alrededor del mundo, y aun en mi propio país y en mi ciudad, han sufrido y sufren, en infamante silencio, el oprobio de la violencia en su contra y en la de sus hijos.

Quiera el Señor que todas estas nuevas generaciones de varones que algunos estamos levantado diligente y esperanzadoramente, nos brinden la satisfacción y el regocijo de proclamar, algún día, que nunca jamás ninguna mujer volvió a ser maltratada en forma alguna.

Por favor, creámoslo.

22.11.05

ANO...NADADO

En el siempre interesante blog de Tecnochica encontramos dos noticias que, como el titulo de este post, nos dejaron idem. Salidos del primer estupor, corrimos a consultar nuestro desvencijado DRAE, que no por viejo es menos sabio, para indagar si el lugar en donde decorosamente termina la espalda tendría algún significado o uso que ignoráramos. Pero, terco, el vocablo se mantenía en sus trece: Dícese del ano que es aquel elemento de la anatomía humana que sirve para excretar las heces resultantes del proceso digestivo. Bueno, pensé, tal vez por trasero, pero tampoco, porque denominase este como equivalente a nalga o nalgatorio y se refiere a los promontorios cárnicos que guardan a buen recaudo el ano, palabras más, palabras menos.

Ya persuadidos de la permanencia semántica de esta notoria pieza anatómica, repasamos, aun atónitos, las dos noticias: La primera, nos informa que la actriz (¿?) y cantante (¿¿??) Jennifer López, conocida en el ambiente artístico como “JLo”, habría contratado con una reconocida compañía de seguros una póliza por varios millones de dólares para asegurar su trasero. Y la noticia sorprende, pues aunque las extravagancias que vemos a diario entre estos afortunados prójimos nuestros de la farándula internacional nos han corrido la cerca del asombro, nos queda aun cierto remanente para anonadarnos. Asombra, sobre todo, que uno pueda asegurarse el c…, pero tratándose de la López, todos los señores suspiramos con alivio de que en medio de tanta inseguridad y tanto terrorismo, al menos esa maravilla se encuentre a salvo.

No se porque me vinieron a la cabeza, después de leer la noticia de marras, todos esos trámites que tuve que hacer este año para asegurar mi pichirilo. Lo tuve que llevar donde un experto o perito, quien le tomo fotografías por los cuatro costados, lo examinó por fuera y por dentro, me preguntó por los rayones, hundidos, manchas y demás y, después de todo ese dispendioso tramite, le dio el visto bueno a la aseguradora para la póliza. Me he preguntado desde entonces: Si todo esto fue para un pinche carro, como no será para un c…, elemento este a veces tan frágil, tan expuesto a la intemperie, a los cambios bruscos de temperatura o, al menos, a las miradas penetrantes.

También me he devanado los sesos, debo confesarlo, pensando en si a la pobre Jennifer le sometieron el trasero a toda esta experticia: Si algún mugroso mecánico le miró con linterna y a fondo el buen estado del elemento asegurado; si le tomaron fotos por todos los costados; si le miraron con lupa los desperfectos, si es que los tiene, de esa sublime pieza. Ojala que no, pero conociendo a las aseguradoras, nada de raro tiene.

Otra pregunta inquietante, si me lo permiten, que es obvia pero necesaria: De que tipo de riesgos asegura uno el c…? Bueno, no es que dicho elemento no corra riesgos, mas aun en esta época de tanto equivoco sexual que uno encuentra por allí, pero francamente no me explico cuales serian los riesgos para el trasero de la López. Forzando la imaginación, a uno le vendría a la mente, en primer lugar, un estreñimiento bien tenaz, que podría conducir al congestionamiento acelerado de la mentada pieza. Pero, no, que va, estreñimiento nos da a los de estrato tres hacia abajo, por lo que uno no logra imaginarse a tan fina señora sentada por horas en el sanitario, resoplando como una locomotora, con la cara amoratada, los ojos llorosos y la mirada perdida, esperando la dolorosa salida del esquivo pasajero.

O podría ser, por que no, lo contrario: Una copiosa y sonora diarrea, que lo enflaquecería al extremo, tornándolo desgonzado, caído y sin fuerzas. Pero el argumento en contra seria el mismo del párrafo anterior, con la aclaración de que diarrea o churrias les da a los que comen (o jartan, como dicen en Boyacá) todas esas porquerías culinarias conocidas como fritanga criolla, “corrientazo” o “milenio”, cosas que la López seguramente ni siquiera imagina que existan, menos que se puedan comer.

Un tercer riesgo, o siniestro que llaman, podría ser lo que mi fallecida abuela materna, alma bendita, denominaba como carranchin o siete luchas, que produce una rasquiña tan intensa que puede conducir, si no se trata a tiempo con una buena azotada de ortiga y un intenso restregamiento con tusa de choclo, a la locura y hasta la muerte. Pero esa lamentable dolencia solo les da a los que depositan su trasero en cualquier sanitario o letrina, como el de la galería La Floresta de Cali o el del restaurante Las Delicias del Camino, especializado en platillos para conductores de tractomula. Ni de riesgos que JLo llegue tan bajo, mas aun cuando uno de sus novios o maridos le regaló cierta vez un costosísimo water con incrustaciones de piedras preciosas y diamantes. Seguramente el carranchín nos daría a Usted o a mí donde nos sentemos en semejante fortuna a darle gusto al bajo vientre.

Un cuarto riesgo, por idea aportada por la calenturienta mente de cierto amigo mío, sería la asegurar a la López y a su trasero de la posibilidad de un doloroso accidente consistente en que su marido, el enclenque Marc Anthony, en una noche de copas, una noche loca, pasado de tragos, pudiera confundir la zona natural con la que se cumple el deber conyugal con la que aquí nos ocupa, lo que sin duda podría producir un grave estropicio en tan delicado portento. Esta posibilidad, aunque un poco rebuscada, es factible, pues casos se han visto. Lo que yo le discuto a mi amigo es como se le demostraría a la compañía aseguradora tan vergonzoso evento. Si para probar que a uno le chocaron el carro por detrás le exigen fotografías del golpe, croquis del policía de transito y testigos del accidente, además de un peritaje de los daños, me temo que a JLo tales pruebas le serian muy difíciles de obtener.

Bueno, la segunda noticia, si bien relacionada también con el mismo elemento, es aun más asombrosa, pero también extremadamente dolorosa. Resulta que en Rumania cierta dama se apropió de un celular que alguien habría dejado por ahí “pagoso”, como dicen por acá. Posteriormente, la mujer subió apresuradamente a un vehiculo de servicio publico, esquivando la persecucion. Varios pasajeros la vieron, como también vieron que portaba el celular. Detenido el vehiculo mas adelante por la policía, se le hizo intensa requisa a la mujer, sin encontrarle el artefacto. Conducida a la estación policial volvió a ser cuidadosamente requisada, sin ningún resultado. A punto de ser liberada, se le ocurrió a uno de los policiales llamar al número del celular, cuyo insistente y sonoro timbre se escuchó clara e inmediatamente en el recinto. Se decidió, entonces, practicarle un examen rectal a la mujer, encontrándose en ese secreto lugar de su anatomía el elemento hurtado.

También varias obligadas reflexiones surgen de este inusitado caso: Por un lado, probablemente el hombre al que le robaron el celular debe notar, ahora que se lo devolvieron, que cada vez que lo usa siempre termina hablando m… Por otro lado, debe el trasero de la mujer agradecerle a su dueña que esta no se hubiera dedicado a robar celulares hace unos años atrás, cuando la tecnología no había reducido tanto el tamaño de los teléfonos móviles, Recuerdo que el primer celular que compré, por allá en el año 1994, media casi el largo de mi mano, y había que sacarle la antena para usarlo. De habérselo robado la rumana, probablemente hubiera sido necesario una cesárea para recuperarlo. Lo que si me ha aclarado este asunto es la razón por la cual cada vez los hacen mas pequeños y delgados: Con tanta competencia entre empresa de celulares, es porque piensan metérnoslos, primero por los ojos, después hasta por ese dolorosísimo sitio.

Conclusión: Dos traseros, uno de alcurnia, otro plebeyo. Uno venerado y consentido hasta el extremo; el otro, famélico y humillado por una profunda requisa policial. De todas formas, ambos nos dan la medida del futuro que tendrán entre nosotros los c… del nuevo milenio.

18.11.05

UN ESQUELETO EN EL HORNO (II Parte)

El día siguiente, Viernes Santo, fue inenarrable. Totalmente incomunicada, la ciudad parecía sitiada por la desgracia. Lo que se sabia llegaba por historias de aquí y de allá que pasaban de boca en boca, historias que la exageración deformaba, convirtiéndolas en partes catastróficos que sobrecogían el alma de todos: Que habrían mas de diez mil muertos, que en la Catedral murieron casi mil, que la mitad de la ciudad está en ruinas, que mucha gente sigue viva y enterrada bajo los escombros... Todo era desmesurado, a la medida del miedo que todos sentían, aunque nadie sabía nada a ciencia cierta ni ninguna autoridad informaba lo que estaba sucediendo.

La escena más dantesca de ese día se vio en el cementerio de la ciudad. Situado a pocas cuadras de la panadería de los Giraldo se hizo allí una interminable romería de gentes que acudieron a ver lo indescriptible: el terremoto había derrumbado las paredes de las bóvedas y los ataúdes, muchos carcomidos por la podredumbre y desparramados por el suelo, dejaban ver los cuerpos en descomposición, calaveras de largas melenas, fémures, osamentas con restos de tejido y de carne macilenta y muchos rostros deformados espantosamente por la muerte. Sin embargo, todos coincidían en que lo más impresionante era el olor a muerte, a osario, a pudrición, que se apoderó de toda la zona por muchos días.

Bajo ese triste panorama el esqueleto de El Roscon parecía destinado al olvido. Por eso el barrio se sorprendió cuando el sábado siguiente, a las nueve de la mañana, un juez de instrucción, su secretario y los dos policías que habían acudido el día del hallazgo, se hicieron presentes en el lugar.

El funcionario, con su rostro serio enmarcado por gruesas gafas de miope, retiró con parsimonia el plástico verde y examinó la escena con atención. Su secretario, entretanto, aporreaba la maquina de escribir en un escritorio improvisado con tablas y ladrillos. Por orden del juez los policías recogieron el reloj y el zapato mutilado, lo depositaron con cuidado en una bolsa plástica y lo metieron en el carro oficial en que se movilizaban. Los obreros fueron interrogados por el juez, al igual que los Giraldo, a quienes alguien les oyó decirle al funcionario judicial que no tenían ni idea de quien se trataba ni como había llegado allí el cuerpo. Después de dos horas de pesquisas, la comitiva judicial se retiró con los restos envueltos en el mismo plástico verde, que se agitó como un inmenso pañuelo cuando el vehículo emprendió la marcha.

Transcurridos algunos meses la historia de los Giraldo y el esqueleto se olvidó bajo el peso de los avatares frenéticos de la ciudad que intentaba resucitar. En el barrio nadie volvió a hablar del asunto y de Don Elías y su familia tampoco nada más se supo. Al menos, no hasta cierto día en que apareció una señora desconocida.

La mujer dio primero varias vueltas por el lugar donde yacían aun los escombros de la panadería. Después, tocó en las casa vecinas averiguando por un hijo suyo que desde hacia mas de año y medio se había venido del campo a trabajar como panadero en el negocio de los Giraldo y que desde entonces parecía que se lo había tragado la tierra, porque ninguna razón, ni buena ni mala, le volvió a llegar a su familia. Nadie, sin embargo, pudo darle razón precisa sobre el muchacho a la apesadumbrada mujer, cuya humilde apariencia mostraba sin lugar a dudas su extracto campesino. Pero algún acucioso vecino recordó el asunto del esqueleto y orientó a la mujer para fuera a hablar con el juez que investigaba el caso.

La sorpresa de los habitantes del barrio fue en aumento cuando varios días después apareció en el sector nuevamente el juez, el secretario y varios policías, que indagaban a los vecinos, ya no sobre la victima, sino sobre el paradero de Don Elías y su familia. Y alguien, después de que se marchó la comisión judicial, contó que uno de los sabuesos le habría informado que la mujer reconoció el reloj que tenia el esqueleto porque era el mismo que ella le había regalado a su hijo dos días antes de venirse a la ciudad, razón por la que el juez concluyó que Don Elías Giraldo era ahora sospechoso dentro de la investigación, pues además el forense habría determinado en su pericia que al sujeto lo habrían matado de un certero tiro en la cabeza.

Y tal información puso a todo el barrio a especular en cuanta conversación se suscitaba sobre el misterio de la muerte del infortunado a quien pertenecía el esqueleto: Que había sido por una deuda, que por un problema de tragos, que era un suicidio. Las versiones iban y venían, azuzadas por la desaparición intempestiva de Don Elías, de quien desde el sábado siguiente al terremoto nadie sabia de su paradero.

Sin embargo, varios meses después de tal revuelo, gracias a cierto vecino que se dio maña en conocer el expediente por cierta amistad con el secretario, se supo que Don Elías había sido localizado en Medellín y que por orden del juez había sido puesto preso como sospechoso del asesinato. Y que, confrontado con las pruebas, el hombre habría confesado sollozando su culpabilidad en el asesinato.

Las razones eran contundentes: Entre una de sus hijas, la mayor y la mas bonita de las dos, y el muchacho se habría suscitado un apasionado romance a escondidas del padre, el cual habría culminado con la preñez de la joven. Descubierto el asunto por Don Elías, despachó al día siguiente a las dos muchachas para su pueblo natal, en donde debió transcurrir el vergonzoso embarazo y el nacimiento del hijo bastardo. Pero esa misma noche el furioso hombre planeó con alevosía la muerte del galán, convocándolo para trabajar hasta tarde en el horno, todavía en construcción, que levantaba por esos días en la parte trasera del local.

En hora avanzada de la noche el ofendido padre, aprovechando el descuido del muchacho, lo sorprendió por la espalda y de un certero disparo en la cabeza lo mató. Recogió el cuerpo y lo arrojó detrás del horno, y pasó toda la noche levantando con ladrillo y mezcla una pared tras de la cual dejó encerrado el cadáver. Y allí permaneció, a salvo de toda mirada curiosa, hasta cuando el evento telúrico desbarató la propiedad y saco de su impensado escondite el esqueleto. Después de tan completa confesión, el hombre fue condenado a varios años de prisión.

La historia del esqueleto y su inesperado desenlace perduró por mucho tiempo en el barrio, y aun en la ciudad, que lentamente se recuperaba de todas sus penurias. Pero con los años se fue olvidando. Ahora, solo pervive en la memoria de los habitantes más antiguos del barrio. Por ello, cuando entre ellos se sabe de alguien que tiene algo escondido, un secreto de esos que no se quiere a toda costa que se sepa, alguno con socarrona sonrisa simplemente le dice: "Acuérdese del esqueleto en el horno…".

11.11.05

UN ESQUELETO EN EL HORNO (I Parte)

El jueves 31 de marzo de 1.983 ocurrieron dos cosas, una después de la otra, que sacudieron para siempre la tranquila cotidianidad del barrio La Esmeralda, en el oriente de la ciudad de Popayán. La primera fue el terrible terremoto que, con un bramido portentoso, a las 8 y 13 minutos de esa fría y tranquila mañana, sacudió con ondas serpenteantes y violentas, durante treinta segundos eternos, los cimientos de los edificios y las casas e hizo desplomar, con estruendo y entre nubes de polvo, paredes y techos, sepultando a mas de mil quinientas almas, algunas de ellas reunidas rezando el ángelus en la blanca Catedral de la ciudad. La inmensa cúpula se desprendió estrepitosamente y aplastó a los que en las primeras bancas se aprestaban a comulgar. Los que se ubicaron en lugares alejados del altar principal pudieron correr despavoridos hacia el atrio y después mirar con terror desde la Plaza de Caldas como se desmoronaba el resto del imponente edificio. De adentro nadie más salió con vida.

La segunda se produjo varias horas después. Y consistió en el extraño descubrimiento que hicieron los obreros de la cuadrilla que, desde la misma mañana de ese infausto jueves de Semana Santa, se dedicaban a remover los escombros del edificio de tres pisos en donde, hasta ese día, había funcionado la próspera panadería El Roscón, de propiedad de los Giraldo. Uno de ellos, dedicado a sacar los enseres aun útiles de la zona donde se hallaba ubicado el inmenso horno de ladrillo, se encontró de pies y manos con un polvoriento esqueleto que, casi intacto, apareció en posición fetal entre los ladrillos ennegrecidos. Asombrados, los obreros encontraron también jirones de tela roja entre el costillar y un reloj enmohecido enredado en el hueso del brazo izquierdo de la osamenta. Muy cerca hallaron también la mitad calcinada de un zapato negro.

En el barrio todos recordaban la llegada de la familia Giraldo, hacia ya una década. Eran paisas, y se notaba porque su acento cantadito contrastaba con el pausado de los raizales cuando Elías Giraldo y su esposa atendían detrás de la vitrina de la panadería que abrieron apresuradamente en un diminuto local que, al parecer, el hombre compró de entrada. Todo el barrio, además, fue testigo de su progreso, porque a los pocos años el local se convirtió en un salón inmenso con varias vitrinas que exhibían las múltiples delicias que ofrecía la Panadería El Roscon. Posteriormente, la propiedad se convirtió en un vistoso edificio de tres plantas, que destacaba entre las casas humildes de la populosa barriada. Y su propietario cobró finalmente fama de adinerado cuando compró un flamante Renault 4, ultimo modelo, lo cual se explica por el hecho de que lo mas cercano a la modernidad automotriz que se conocía por el sector era el Escarabajo modelo 60 del padre Pabón, párroco del barrio.

Se podría decir que los Giraldo eran una familia más bien corriente. Don Elías, cincuentón y entrado en carnes, era un típico paisa de piel blanca, ojos claros y cierta hosquedad en el trato. Su esposa, robusta y rubia, tampoco hablaba mucho, aunque todos concuerdan en que era muy amable y que, a escondidas de su marido, les fiaba a los mas conocidos. Pero las que realmente se distinguían eran las dos jóvenes hijas de la pareja, que habían llegado muy niñas, pero que al cabo de los años se habían transformado en un par de hermosas adolescentes, cuyos ojos verdes y rasgados contrataban con su larga y castaña cabellera, que siempre llevaban suelta y pulcramente peinada. Eran altas y esbeltas y, a diferencia de sus padres, sonreían todo el tiempo. No había hombre alguno en La Esmeralda, joven o viejo, que en mayor o menor medida no estuviera enamorado de alguna de las dos muchachas, o de las dos.

Pero nadie se les acercaba con fines románticos, al menos no que se supiera públicamente. Se decía, sin comprobación conocida, que Don Elías guardaba bajo el estante de la caja registradora siempre un revolver cargado, destinado no tanto a espantar ladrones como a alejar los posibles pretendientes de sus hijas. Además, su mal genio era cosa harto conocida de sus vecinos. Así que lo mas cercano a un cortejo consistía en vigilar cuando las muchachas bajaban a ayudar en la panadería y aprovechar para echarles una larga mirada mientras despachaban las polvorosas, las cucas, las peras de almíbar, las caleñas o cualquier otra pieza del extenso surtido que ofrecía El Roscón. Y siempre se salía premiado con una mirada acariciadora de sus ojos verdes y, en el mejor de los casos, con una sonrisa dulce que pagaba con creces la harinosa adquisición.

Después de los primeros minutos de ocurrido el sismo, tras el espeluznante momento de la trepidación y la terrible sacudida, los habitantes del barrio, evaluados los daños de sus casas y la situación de sus familias, cayeron en cuenta del siniestro vacío que ahora se veía en el lugar en donde antes se levantaba El Roscón. Del orgulloso edificio, nada había quedado. Sus tres pisos yacían arrumados en una montaña de cemento y ladrillo, así que todos temieron lo peor. Pero al acudir apresuradamente al lugar los vecinos vieron con alivio a la pareja de esposos que, aun empiyamados y con la cara crispada bajo una mezcla de espanto y desolación, observaban inmóviles desde la calle aledaña las ruinas de su propiedad. Nadie preguntó por las muchachas. Desde hacia mas de un año nadie las había vuelto a ver, siendo que después se sabría que el padre las había enviado a estudiar en una universidad de Medellín, noticia desafortunada que, en su momento, todos los hombres del barrio recibieron con suspiros de resignación y de platónico despecho.

A pesar de la dolorosa convulsión en que se hallaba inmersa la ciudad el hallazgo del esqueleto tuvo repercusiones ese mismo día. Alguien le avisó a la policía, porque a eso de las tres de la tarde, bajo una canícula picante, arrimaron al lugar dos solitarios policías de a pie. Miraron con curiosidad y a respetuosa distancia las piezas encontradas, entrevistaron a los obreros y se marcharon apresuradamente a la media hora, no sin antes recomendar que le echaran una lona o plástico al hallazgo y que no se moviera nada hasta que ellos volvieran con un juez de instrucción. Uno de los obreros tendió en el lugar un plástico verde, que bajo el sol brillaba como un pequeño mar.

El espanto de la primera noche después de la catástrofe hizo que el tema del esqueleto pasara a segundo plano. Sin energía y sin agua, las tinieblas llegaron temprano, en medio de las replicas que hacían crujir las paredes y que les recordaban a todos el pánico de esa mañana. Nadie durmió. Todos los vecinos sacaron colchones, muebles, alfombras y cuanta cosa pudiera servir de cama, y se acomodaron en los andenes y en la misma calle a pasar la noche. Hacia las nueve o diez se fueron apagando los cuchicheos apagados de las conversaciones y un silencio interminable se apoderó de todo y de todos, el cual solo se interrumpía cuando un nuevo temblor movía la tierra. Entonces, se alzaban murmullos de miedo, de llanto o de rezos, que de a poco se iban apagando nuevamente. Las patrullas del ejercito que vigilaban para prevenir los saqueos aparecían de vez en cuando en las esquinas, como fantasmas, y arrojaban los haces de luz de sus linternas sobre los bultos tendidos, pero solo el brillo del miedo en los ojos abiertos los reflejaban. Fue una noche eterna.

(Continuará)

1.11.05

"NO ES QUE DEL MICO VENGAMOS...

... sino que para mico vamos” dice un conocido refrán de estas tierras. Y me viene como anillo al dedo para iniciar estas líneas sobre un tema al que se han venido refiriendo con cierta frecuencia en varios blogs que leo cotidianamente: La evolución, como olimpo científico, que coloca al hombre en la cúspide de su individualidad, como dueño de su destino y, esencialmente, libre de cualquier creencia en un Supremo Creador.

Y aunque este tema me venía persiguiendo, o mejor, acosando, la excusa perfecta me la ha dado la noticia del 30 de septiembre, sobre algo sorprendente: Los gorilas, esos primos despreciados de los que se encuentran convencidos de provenir de los primates, usan herramientas!!! Sí, señor, o como lo diría el difunto Super Agente 86, no me lo van a creer, jefes, pero es así. La noticia reveló un video donde se ve a una hembra utilizar un utensilio para medir la profundidad de un río antes de cruzarlo y a otro ejemplar que usa una herramienta un poco mas sofisticada, hecha con ramas de árboles.

¿Cómo puede ser esto? Porque se trataría de gorilas salvajes, completamente alejados de cualquier enclave de civilización humana, como para decir que hacen tales cosas por imitación. Pero, ¿acaso no se ha dicho que la principal hipótesis de la teoría evolucionista es que la rama simiesca estrato uno de los primates (chimpancés, gorilas y demás) era una rama trunca en la escala evolutiva y que, por ende, se diferenciaba de los humanos en que sus atrofiados cerebros no les permitían la habilidad de construir y utilizar herramientas? Extraño, muy extraño. Porque además, se estableció por los científicos que elaboraron el reporte que tales habilidades se vienen transmitiendo de padres a hijos, o sea, enseñándose generacionalmente unos a otros, como en cualquier pinche colegio. O sea, que el asunto puede remontarse varios miles de años atrás. Mas raro aun.

A quienes creemos en que fue un Dios omnipotente, omnímodo y omnisciente nuestro Creador, no solo del hombre sino del universo entero y de todos los elementos y criaturas de la Tierra, no nos pasa ni por un segundo por la cabeza el embuchado de la evolución, elevada ahora por cuenta de su aparente cientificismo a ser una especie de religión, arrogante, incuestionable e intocable. Mi mente, aunque cavernaria (aunque mas cavernarios son los que se dicen evolucionados, pues de donde sino de la cavernas vinieron sus lejanos parientes) y presa en el oscurantismo, según se dice, no puede aceptar que toda la entidad humana, con sus cada vez mas sorprendentes y maravillosos mecanismos de funcionamiento biológico, según se ha ido descubriendo, y todas las demás complejas criaturas que me rodean, sea el producto de una baloto cósmico, de un chepazo insólito, perdido en la bruma de millones de años atrás.

Me niego a aceptar que soy el producto del súbito e inexplicado concubinato de dos elementos inertes, que en un azaroso chispazo, bajo las privilegiadas y excepcionales condiciones de un primitivo caldo químico, formado no se sabe como en medio del caos primigenio, produjeron el primer organismo unicelular desde el cual se formó el hombre, los animales y todo lo viviente.

Que supina ignorancia la nuestra, ¿cierto? Como dudar de una teoría científica tan irrebatible que vincula al hombre con los primates, en una época en que el gestor de la idea jamás logró ver o examinar un solo fósil, sencillamente porque ninguno se conocía entonces. Se inspiró Darwin, según dice en su obra, en el asombroso parecido del hombre moderno con los chimpancés y gorilas del África, por lo cual, muy inteligente él, planteó que ese continente había sido la cuna del hombre moderno. A nadie se le ocurrió tratarlo de racista, pese a que los hombres con los que inicialmente comparó con los primates fueron a los aborígenes africanos. Gajes del oficio, dirán sus adeptos. Lo cierto es que a partir de esta teoría, varias décadas después de la muerte del señor Darwin se vinieron a descubrir todos aquellos vestigios arqueológicos con que nos restriegan la certeza científica de la evolución del hombre a partir de la célula primaria, surgida en un universo longevo de millones de años.

Pero, ¿acaso no se ha demostrado científicamente que la Tierra tiene un origen de millones de años y que los primeros homínidos aparecieron hace 65 millones de años, por la tarde? ¿De verdad? ¿Quién demostró tales cosas? De seguro el viejo Darwin no fue. En realidad nadie ha llegado a tal certeza. Debe entenderse que la misma teoría de la evolución y todas aquellas que la apuntalan no han sido, no lo son ni serán nunca demostradas, porque la misma naturaleza del objeto sobre el que se basan no puede ser comprobado directamente, razón por la cual se tiene que acudir a hechos o descubrimiento indirectos que, aparentemente, fundamentan la hipótesis que sustenta, a su vez, la tesis central. Así funciona el método científico. Por eso, a lo mucho, lo que puede decirse es que se ha comprobado un hecho que a su vez sirve de presupuesto para sacar una conclusión probable de un resultado remoto que nunca jamás logrará demostrarse fehacientemente. ¿O es que acaso hay testigos oculares de cuando el antepasado primate se bajó del árbol o de cuando se irguió sobre sus dos patas? ¿O hay fotografías del cumpleaños del hombre de Cro-Magnon? Nada de eso.

Un ejemplo. Se afirma por los evolucionistas que es un hecho indiscutible que la Tierra tiene millones de años, contrario a lo establecido en la Biblia, que fecha su origen en un máximo de 10.000 años. Esta longevidad se necesita para explicar que la ameba se convirtió en hombre. La datación de la edad geológica y de los mismos fósiles se basa en técnicas como la radiometria, la cual tiene los siguientes problemitas: Los fósiles casi nunca son fechados por métodos radiométricos, ya que muy pocas veces contienen elementos radioactivos utilizables, de modo que lo que se hace es tomar la fecha de una roca volcánica que esté vinculada con el fósil. Esto hace que el dato dependa de tres suposiciones esenciales: 1. Cuántos átomos radioactivos en relación a los átomos hijos radiogenéticos (derivados por la descomposición radioactiva de otro elemento) había en la roca cuando fue formada. 2. Después de endurecer, la roca debe de quedarse como un sistema cerrado sin que ningún átomo sea añadido o quitado de la roca por influencias externas como las aguas subterráneas. 3. El grado de descomposición radioactiva debe de mantenerse constante. Si alguna de estas suposiciones falla, entonces la técnica falla y cualquier ‘fecha’ dada es falsa. Como nadie estuvo para observar la formación y la existencia continua de la mayoría de las rocas volcánicas, es imposible saber si alguna de estas suposiciones no ha sido quebrantada. Aún más, estos métodos han sido probados en rocas volcánicas de edad conocida alrededor del mundo con resultados equivocados. Por ejemplo, las rocas observadas en la explosión reciente en el Monte St.Helens (EE.UU.) fueron fechadas con edades de ¡340,000 a 2.8 millones de años! Claramente hay fallas serias en los métodos de fechación radiométricos.

Y los saltos evolutivos? Del llamado ancestro del hombre, que se dató con el cuestionable método ya mencionado, se dice que surgió hace 12 millones de años. Después, entre los 8 y los 5 millones de años ningún rastro se tiene. Que vaina, cómo pasa el tiempo. Y en un estadio situado entre los 5 millones de años y los 3 millones 750 mil años, por la mañana, aparecen los homínidos, de donde se considera surgió el hombre moderno. ¿Qué pasó en estos interregnos de tiempo? Averígüelo Vargas, pero la verdad es que en tan dilatado tiempo cualquier cosa pudo pasar. La verdad es que todas estas criaturas son animales extintos hace unos miles de años, de los que se dice son antepasados nuestros porque usaban herramientas y enterraban a sus muertos. Las pruebas: Unas huellas de tres pisadas misteriosas en Tanzania y los restos fósiles de una flor junto a un hueso en una cueva perdida del África. Lo puedo resumir así: Hoy me encontré el esqueleto de un pollo y mañana me encuentro el de un águila, entonces, como comparten alas y pico, puedo concluir que el pollo evolucionó en águila. Y como al lado del pollo encontré las llaves de un carro, entonces colijo que las águilas sabían manejar carro. Tan bueno el cuento.

Diría que en realidad lo que Darwin le dio al mundo no fue tanto una teoría, sino una excusa perfecta para renegar de Dios, al darle al hombre el arma que requería, en forma de una idea filosófica más que científica, para sublimar su egocéntrica rebeldía al proclamarse producto de la materia evolucionada y no de un Arquitecto universal. Que bueno zafarse de ese molesto Dios que le dice a uno que respete la vida de su semejante, cuando uno necesita la guerra y la violencia para dominar a otros. Que conveniente sacudirse de encima a ese insufrible Dios que le prohíbe acostarse con otro o con otra porque le debe fidelidad a su cónyuge, siendo que uno quiere es un coto de caza sexual. Que oportuno eximirse de obedecer al Dios que le ordena amar a su prójimo, cuando lo que uno necesita es oprimirlo, explotarlo o utilizarlo en provecho propio.

Si eliminamos a Dios como creador, negándolo o convirtiéndolo en un simple fetiche, en un rito, en una filosofía, en un curso de yoga o de relajación o en un discurso político, entonces podemos propiciarnos nuestra propia moral, incluso individual, a la talla de cada cual, dónde soy mi propio juez y mi propio legislador, moral esta cuyas fronteras puedo correr cada vez que me incomodan o que choquen con mis gustos, mis placeres o mi real gana, simplemente.

Sin embargo, el hombre moderno no es libre porque haya descubierto su supuesto origen lejos de Dios, sino porque ese mismo Dios creador lo dotó de inteligencia y libre albedrío, incluso, para que pudiendo escoger lo bueno, eligiera lo malo. ¿Por qué será, pregunto aquí, que nadie a quien le hayan explicado y convencido de la dichosa teoría evolucionista puede decir que a partir de ese momento su vida cambió y se sintió una mejor persona porque se dio cuenta que provenía de un simio? ¿Cómo no sentirse uno vacío, sin metas trascendentes mas allá de lo natural y lo material, si no se reconoce a si mismo como el producto excelso de un Creador inteligente que lo equipó, además de un organismo privilegiado, con un alma sobrenatural y un propósito de vida eterna? ¿Por qué, si de verdad tenemos tal creencia, nos quejamos del caos social, la violencia sin fronteras morales y la brutalidad humana, pruebas de lo cual encontramos todos los días, siendo que somos el producto cárnico y materialmente desarrollado de una ameba que se dio vida a si misma desde el caos? ¿Qué tipo de espíritu puede morar en el hombre si se considera como simple espécimen de una rama superdesarrollada de la familia de un animal primitivo como los primates, cuya vertiente actual aun vive en árboles, no posee mayores habilidades y no tiene la capacidad de pensar, sentir y actuar bajo un concepto elemental de conciencia?

Por todas estas cosas se tiene la idea de que los creyentes en un Dios creador somos ignorantes, anticientíficos y sectarios. Incluso, fanáticos y fundamentalistas. ¿Me faltará algún piropo? No me preocupa, porque seguramente habrá quien lo aporte. Pero sigamos. Pareciese entonces que los hombre se ciencia jugarían únicamente en el equipo de los evolucionados. Sobre este prejuicio, no hablaría por mí, obviamente, pero puedo nombrar aquí a varios científicos y pensadores modernos perfectamente creyentes de la Creación y que ciertamente están muy lejos de ser los tarados que se piensa: En la Física: Newton, Faraday, Maxwell, Kelvin; en la Química: Boyle, Dalton, Ramsay; en la Biología: Ray, Linnaeus, Mendel, Pasteur, Virchow, Agassiz; en la Geología: Steno, Woodward, Brewster, Buckland, Cuvier; en la Astronomía: Copérnico, Galileo, Kepler, Herschel, Maunder; en las Matemáticas: Pascal, Leibnitz, entre otros. Incluso el líder del grupo pionero en la investigación del genoma humano, cuyo nombre se me escapa, es un cristiano creyente y practicante.

Ahora, cuestionados por la ciencia y la tecnología, se nos pide que probemos por medios científicos la existencia de Dios o la Creación del hombre. ¿Por qué? En primer lugar, los hechos en que se funda mi fe están clarísimos en la Biblia, cuya escritura sobrepasa en miles de años la edad del libro de ciencia mas remoto que se conoce. En segundo lugar, sobre los mismos hechos científicamente probados puedo dar explicaciones tan validas como las evolutivas, incluso mas coherentes, porque tales “hechos” nada prueban por si mismo sin la especulación “científica” que los acompaña. Si quienes se autotitulan científicos son los que me cuestionan bajo sus premisas, entonces son ellos los que tienen la carga de probar lo que dicen. Después de tantos años de la misma cantaleta, seguimos esperando las pruebas inequívocas. Por tanto, no necesito de teorías reforzadas como la del Diseño Inteligente y otras similares. No tengo la intención de igualar al Dios Todopoderoso en el que creo con un simio, solo porque me aseguran que la ciencia probó algo que se que es imposible de probar. Y si se trata de escoger para mi vida probabilidades, ya me apunté con la ganadora, porque es eterna e inalterable, lejos del alcance de los devaneos de la arrogancia científica.

Creo, eso sí, en la evolución cultural del hombre. La mente humana fue diseñada para evolucionar en su pensamiento, para idear, para crear, para sojuzgar con inteligencia la naturaleza creada. Incluso es un mandato divino. Y de dicha evolución, han surgido los viajes estelares, el Internet, la ingeniería genética y otras maravillas del pensamiento. Esto, antes que mostrarme una relación parental con los simios, lo que en verdad me confirma es que fui creado a imagen y semejanza de un Ser Supremo inteligente y sabio.

De todas maneras produce tristeza que el ser humano, pudiendo proclamarse como hijo del Dios Omnipotente, se declare nieto de un simio y que, por lo mismo, pudiendo reclamar raíces celestiales en su árbol genealógico se conforme con colgar de la cola a sus antepasados desde una improbada e improbable rama proveniente de una ameba.

No me cabe duda de que no somos simios, pero nos hemos empeñado por todos los medíos en parecernos a ellos cada vez mas, con el perdón de los simios, por supuesto.

25.10.05

EL ALCALDE INVISIBLE


Por las cosas que están pasando últimamente en Cali debemos concluir que no es que tengamos un alcalde invidente sino invisible. Y colegir, además, que lo que antes simplemente se sospechaba ahora ya podemos proclamarlo como una triste realidad: Elegimos un alcalde peor que los anteriores.

No se sabe si por su ceguera física o por su ceguera política, o por ambas, la administración del alcalde Polo viene dando tropiezos cada vez mas graves. Ya habíamos reseñado en este blog su actitud melindrosa con el problema de los cupos para taxis (ver EL CULILLO DE POLO), que finalmente se resolvió cuando se decidió hacer lo que todo el mundo le decía que hiciera, para lo cual se demoró semanas enteras, polarizando y congestionando inútilmente entre tanto a la ciudad.

En el debate que se ha dado por cuenta del contrato por el cual la Alcaldía entrego la administración de los recaudos fiscales a una firma privada también se viene notado una situación muy similar. La Contraloría, la Procuraduría, el Ministerio de Hacienda y muchas voces ciudadanas vienen insistiendo que dicho contrato tiene muchas irregularidades y, lo que es peor, un sospechoso aromita a chanchullo que no se le quita con nada. Pero el Alcalde Polo sigue en sus trece de que es lo mejor para la ciudad.

El debate televisado sobre este tema que se dio en una de las comisiones de la Cámara de Representantes permitió observar que Polo lo único que tiene a su favor es su proverbial verborrea, plagada de anécdotas personales y de chistes flojos (“el tiempo me dará la razón, por el país no lo ha querido hacer”), que ya no convencen a nadie ni muchos menos hacen reír. Incluso, su actitud de ponderar ante cámaras y en directo las bondades del debate y las buenas intenciones de los congresistas citantes, para pasar a continuación y ante los medios de prensa a calificar de encerrona política y de interés politiquero el mismo debate, lo mostró más como un ladino tinterillo que como un gobernante.

Pero ahora la cosa ha pasado a mayores. Desde la semana pasada la Fiscalía viene haciendo efectivas ordenes de captura contra funcionarios de la Secretaria de Educación y del Concejo Municipal (ya van dos concejales capturados y faltan algunos mas según se rumora, así que, cuidate Milton, que van por vos), además de la orden de suspensión por tres meses expedida por la Procuraduría contra el Secretario de Educación Carlos Alberto Saavedra, ficha política del concejal Mauricio Mejia, ya capturado. ¿La razón? Se asociaron en una infame y burda cadena de peculados y desfalcos para quedarse con 16.000 millones de pesos de cupos de auxilios escolares destinados a subsidiar la educación de niños y niñas de los estratos 1 al 3 de esta ciudad, es decir, la plata dirigida a ayudar a los niños mas pobres y abandonados de la sociedad caleña.

En realidad hay indignación, y mucha. No tanto por la noticia de corrupción, que al fin y al cabo no es noticia en nuestro medio, sino por el destino que tenían de esos dineros oficiales. Además, porque se falsificaron listas de estudiantes, se recurrió a sobornar a humildes padres de familia para que aparecieran inscribiendo hijos inexistentes y se repartieron prebendas jugosas entre rectores y directores de instituciones que eran solo de papel, entre otras lindezas. Mientras tanto, cientos de niños miserables siguen en los semáforos de Cali peleándose una moneda porque nadie les ha brindado la posibilidad siquiera de estudiar al menos la primaria.

Y Polo, por ningún lado. Solo apareció para recitar su conocida retahíla acerca de esperar los fallos judiciales y de tomar, allí si, las medidas legales pertinentes.

Por si fuera poco, ahora acaban de suspender a Beatriz Eugenia Ramirez, directora del Dagma, , que es la entidad municipal de regulación del medioambiente, por su participación en la insólita compra de un lote en los lejanos farallones de Cali. Aunque el Agustín Codazzi estableció que el precio de dicho lote no pasaba de mil millones de pesos, se firmó un contrato por el triple de esa suma aduciendo la necesidad de preservar la reserva natural de la ciudad. Algunos estudiosos del tema vienen sosteniendo desde hace meses que ese lote en realidad pertenece al mismo municipio de Cali, por lo que se estaría comprando un bien propio. Sin embargo, lo que al parecer es mas grave y que estaría produciendo en pocos días otras ordenes de captura contra funcionarios y concejales (cuídate Orlando, que van por vos) fue que a los verdaderos propietarios del predio, humildes campesinos de la región, les mostraron otro contrato y solo les entregaron 300 millones de pesos del precio, siendo que el grueso de la suma pagada por el Municipio se repartió entre los funcionarios implicados y un concejal, de quien la directora del Dagma es su ficha política.

Repitamos: Polo, por ningún lado. Solo apareció para recitar su conocida retahíla acerca de esperar los fallos judiciales y de tomar, allí si, las medidas legales pertinentes.

Vienen creciendo por ahí otras tormentas que amenazan en convertirse en huracanes, como el de Emsirva, pero el autor de este blog aun no tiene los datos completos y, para no parecer chismoso, nos abstenemos por ahora de divulgarlos. Lo que si se puede decir es que esto se estaba presintiendo y, porque no, esperando. El inefable Polo nombró en casi todas las secretarias a secundarios personajes salidos de las entrañas de la casta política que lo apoyó durante su campaña a la Alcaldía y el decir en Cali era que cada concejal gobiernista venia haciendo de estas dependencias su caja menor. Por tanto, los escándalos citados y los por venir son la lógica consecuencia de haber parcelado la Administración y de haberle entregado prácticamente una patente de corso a estos voraces depredadores del erario publico para hacer y deshacer en cada una de ellas.

No cabe duda. El alcalde Polo desapareció como primera autoridad del municipio. Algunos afirman que permanece secuestrado en su despacho. Otros, que el que aparece en los noticieros no es más que un clon o un androide al que solo se le activó el chip de hablar m….

Por mi parte, sigo pensando que es un alcalde invisible, apenas apropiado para una ciudad que parece empecinada en esconder para otros y para si misma su desastrosa realidad actual.

14.10.05

LA DECEPCION COLOMBIA

***CARTA DESDE CALI***Gracias por su visita***

Y tocó escribir sobre la Selección. No tanto para sumarse al coro de los indignados o los resignados, que son mayoría, sino para intentar ejercer un mínimo desahogo de esta inevitable sensación de vergüenza y desolación que produce el hecho de que nos hayamos eliminado nosotros mismos.

Parece increíble. O mejor, es increíble, que cuatro años después estuviera uno frente al televisor viviendo exactamente la misma situación: Ganarle de visitante al difícil Paraguay para nada, sumándole la indignación de quedarnos esperando una ayuda de los argentinos, que obviamente nunca llegó. Por favor! Se que a todos nos quedó la impresión de estar inmersos en un absurdo deja vu, que amenaza con repetirse hacia la eternidad si no pasa algo.

Pero, ¿que puede pasar? Nada, seguramente. Porque sencillamente, en el fútbol como en el país, pasa de todo para que no pase nada. Como parte del sainete las reacciones de toda clase aparecen por punta y punta. Los periodistas deportivos, esos campeones de los pronósticos y los análisis después de los partidos, hablan del fin de una era, del replanteamiento táctico, de las roscas, etc. O sea, las mismas vainas que hablaron hace cuatro años. Los jugadores y los técnicos hablan, cómo no, de la responsabilidad que asumen. Me gustaría oírlos decir lo mismo si dejarse eliminar de esa forma tan miserable tuviera pena de cárcel o, por lo menos, una jugosa multa o un buen juetazo en el trasero, como en la legislación indígena. Pero, que va.

Dejando de lado todos estos lugares comunes, se pregunta este humilde hincha: Y de los dirigentes, ¿qué? Porque ya sabemos que al técnico y a la mayoría de los jugadores les llegó la hora de salir de la Selección. Sin embargo, de esta mafia de personajes dedicados a vivir del fútbol nacional, nadie dice mayor cosa, aunque algunas voces empiezan a levantarse. Es el colmo que estos señores, que nos han llevado de fracaso en fracaso, dándonos contentillo con triunfos pírricos o con laureles marginales, pasen siempre agachados. Son intocables?

No creo que exista ninguna empresa que se aguante a un directivo que maneje el negocio con la ineptitud y la ineficacia con que estos personajes han manejado el fútbol nacional, y en especial, la Selección Colombia. Hace rato estarían en la calle. Pero por cosas que el común de los mortales no logramos entender los directivos del fútbol sobreviven tozudamente a cuanto fracaso ha sucedido. Y no es que el Gobierno no haya intentado meterle mano a la cosa. Pastrana quiso intervenir, pero le fue peor que con las Farc. Una ley que se propuso en el Congreso para meterlos en cintura quedó más hundida que el Titanic. No obstante, dada la forma como el Estado maneja mucho de sus asuntos, a lo mejor nos hemos salvado de una debacle peor. Y así han seguido las cosas.

En mi concepto, el error en la estrategia que se ha seguido contra estos señores está en que siempre termina hablándose de la plata y de los libros de contabilidad, como si allí estuviera el quid del asunto. Todos sabemos que un libro de contabilidad es la cosa más fácil de manipular o falsear. Por tanto, las cuentas de estos personajes, salvo por algún ocasional desliz, como el asunto de las boletas del mundial pasado (recuerdan?), son impolutas, y seguirán siéndolo. En esas materias ellos son campeones mundiales invictos. Además, el asunto de las transacciones en la venta de jugadores y otros temas relacionados es uno de los secretos mejor guardados del mundo y la FIFA, esa Cosa Nostra del fútbol internacional, ha sido celosa guardiana de tan vitales intereses. Dentro de sus estatutos existen cláusulas supranacionales que la habilitan para excluir al país cuyas autoridades se atrevan a intervenir en tales asuntos. Palabras mas, palabras menos, puro y físico chantaje.

Volviendo al asunto, cómo, entonces, sacar de una buena vez a toda casta de “dirigentes” del fútbol para intentar al menos un manejo distinto del que hemos venido padeciendo? No lo se, pero me resulta muy difícil aceptar la idea de que en este país, de tanta incontinencia jurídica, no existan o no puedan llegar a existir la forma de deshacernos de estas improductivas lacras. Si es del caso, que se declare el asunto como de interés nacional o que se aproveche la huelga de futbolistas con que nos amenazan por estos días, para hacer una huelga de hinchas, a ver si por ese lado se logra remover esa vetusta pero imperturbable maquinaria. Se escuchan sugerencias.

Mientras tanto, digamos que Ecuador es Colombia en el Mundial. ¡Ecuador vive, carajo!

8.10.05

ORTOGRAFÍA SUBVERSIVA



Los señores de las Farc, aparte de contribuir con denodado empeño en la renovación de la red telefónica del país, a través de la metódica voladura de torres de comunicación, han emprendido una agresiva ofensiva militar contra la ortografía, esa sutil y alevosa forma de dominación ideológica de las clases burguesas contra los inermes sectores populares. Así se puede apreciar claramente en las fotografías publicadas arriba.

En tal sentido, el autor de este blog ha tenido acceso, en exclusiva, al siguiente comunicado emitido por la dirigencia subversiva a todos sus frentes en el país:

“Desde las montañas de Colomvia,
Enero de 2.005

"Cordial y rebolucionario saludo a todos los combatientes del pueblo de Colomvia:

"El Secretariado General de las FARC, en reunión hurgente celebrada la última semana del año anterior, decidió trasar las siguientes directibas obligatorias para todos los frentes rebolucionarios de nuestra organisación:

"Se hace necesario conbatir al enemigo burgues y a las oscuras fuersas oligarquicas que lo respaldan también desde un plano ideolojico. Por esa razón, en el análisis dialeptico materialista de las dibersas formas de lucha rebolucionaria planteada por nuestra organisación, hemos deteptado que las clases oligárquicas bienen planteando una forma de dominación ideolojica a través del uso de la llamada “hortografía”, con la cual sojusgan al pueblo obligándolo a usarla en todos sus escritos. Incluso hemos llegado a saber que hasta a los niños de las clases humildes los han idiotisado al coasionarlos a usar las llamadas “reglas de hortografía”, creadas por los ideólogos burgueses pa labarles el cerebro y no permitir su libre y lejitima ezpresión escrita.

"Compañeros rebolucionarios y combatientes: Debemos ganar también la batalla ideolójica contra la oligarquía opresora. Por eso debemos dar ejemplo. De esta manera, a partir del 1º de enero de este año se declara como objetibo militar la hortografía en todas sus formas. Nos hemos fijado la meta que en el plazo de dos años, en todo caso, antes de que el dictador Álbaro Uribe termine su mandato, todas las reglas ortográficas deberán estar destruidas o, por lo menos, amenasadas.

"Empesaremos por el uso de la “v”, que ha sido infiltrada por el enemigo inperialista en nuestra propias filas. No permitiremos que sobrebiba ninguna “v”, la cual, una bez eliminada, deberá ser reenplazada por la “b”, que es más autótona y mas propia de la indiosincrasia de nuestro pueblo, porque con ella se escribe bruto, bobo, burdo y demás expresiones de origen popular. Después se les daran instrusiones sobre otras letras de origen burgués.

"De acuerdo con estas instrusiones, el compañero combatiente de cualquier rango que sea sorprendido usando la citada letra esta le será decomisada de inmediato, y se le seguirá juicio rebolucionario. A partir de la fecha todos los nombres y apellidos que lleven la citada letra serán cambiados de inmediato, a escepción del pertenesiente al camarada Manuel Marulanda, que seguirá llevando el apellido Belez, por cuestiones tácticas de ocultamiento ante el enemigo.

"En todas las consinas escritas después de cualquier incurción rebolucionaria contra el enemigo deberá suprimirse la letra declarada como enemiga de las clases populares, la cual será remplazada por la “b” rebolucionaria. Para este efepto emos encargado a nuestros compañeros en Europa para que nos consigan esprays de pintura especial, que ya bienen programados para escribir las consinas sin la citada letra.

"Camaradas: No desmayemos. El triunfo está cerca. Biban las Farc. Biba la lucha rebolucionaria.

Secretariado General.”





3.10.05

LOS TITIRITEROS

La reciente muerte del estudiante Johny Silva dentro del campus de la Universidad del Valle y la polémica desatada alrededor de este hecho me recuerda la novela El Titiritero de Gustavo Álvarez Gardeazabal.

Escrita hace ya varias décadas, en medio del fragor de las luchas universitarias de los años 70, si mi memoria no me falla, se basa en un hecho similar ocurrido en Cali en aquella época. Narra, con el desfachatado estilo del autor y desde las perspectivas enfrentadas de quienes, por un lado, pretendían crear un mártir que sirviera de icono de la lucha revolucionaria estudiantil y, por el otro, los que señalaban al muerto como un peligroso delincuente, como la información sobre el hecho y, en especial, sobre la personalidad del estudiante asesinado, se manipula al extremo para desinformar y para ganar adeptos en pro o en contra de las recalcitrante opiniones de los bandos enfrentados. Detrás de esa muerte, un invisible titiritero manipulaba los hilos siniestros de la mentira para ocultar la verdad a favor de un propósito que para cada uno era suficiente justificación.

En Popayán, hacia finales de los 70 también recuerdo el asesinato, a manos supuestamente del Ejército, del estudiante Tuto González, hermano del ex ministro Camilo González, actual y prominente figura intelectual de la izquierda. En su tiempo, el nombre de Tuto sirvió de bandera de protesta en cuanto mitin universitario se celebraba y su nombre, a punta de graffitis y volantes, se volvió famoso, convirtiéndose en una especie de leyenda que todavía se recuerda en esos lares. Sin embargo, sobre la forma y la autoría exacta de su muerte nunca nada se supo. ¿Para qué? A unos les servia su muerte como martirio, por lo que el responsable era el Estado opresor. Y al Estado no le convenía llegar al fondo del asunto para no darles más argumentos a sus opositores, siendo que todo parecía indicar que sí fueron militares los autores del asesinato. Por ende, convenientemente la nebulosa del tiempo sepultó el hecho en el olvido, a excepción de su familia, que seguramente lo recuerdan como hijo o hermano, no como mártir.

Ahora, el debate en Cali se ha centrado sobre la responsabilidad o no de la Policía, a través del ESMAD, en el homic
idio de este joven. Mientras casi todo el estamento universitario, respaldado por el Gobernador del Valle, señala que las fuerzas policiales sí entraron a la sede de la Universidad, ubicadas en el sur de la ciudad, el comandante de esta institución niega esa circunstancia. Este último aduce que no existe evidencia alguna al respecto y que las autoridades universitarias se basan para su señalamiento en testimonios dudosos. Obviamente, también niega de entrada la posibilidad que haya sido una bala oficial la que segó la vida de Johny Silva, pues afirma que los miembros de la fuerza antimotines no acuden armados con armas de fuego a reprimir escaramuzas como las del pasado 22 de septiembre.

Sobre esta situación publicamos aquí dos
fotografías, aparentemente tomadas el día de los hechos, en donde se ve claramente a la Policía dentro del predio universitario. Incluso, en la página donde se publicaron, aparece una fotografía más, prácticamente en primer plano, del estudiante muerto, cuyo rostro se aprecia bañado en sangre. Curiosamente estas fotografías no han aparecido publicadas en los medios de comunicación, siendo que, al menos en principio, son piezas probatorias importantes en el esclarecimiento de esta grave situación.

Lo que llama la atención es la posición de la Policía que, a través de su comandante en Cali,
coronel Gómez Méndez, niega rotundamente el ingreso a la universidad, pero que plantea, a su vez, una interesante disyuntiva: Y sí la fuerza policial entró, que podía impedir jurídica o legalmente que lo hiciera, siendo que a esta institución le está otorgada la función de reprimir el delito en cualquier lugar del territorio nacional y que la llamada autonomía universitaria no exime a las universidades de la aplicación de la autoridad en esta materia. La aclaración se hace porque existe en el ambiente la creencia de que si la Policía entró ilegalmente a la Universidad eso automáticamente la convierte en responsable de la muerte del estudiante, lo cual no es necesariamente cierto.

En principio, podría caberle razón al comandante policial. La Constitución le otorga a las autoridades policiales la función de reprimir el delito a lo largo y ancho del territorio nacional, función dentro de la cual puede, en los casos de flagrancia, capturar personas y allanar inmuebles sin previa orden judicial. Y de esta jurisdicción no están eximidas, que sepamos, las universidades, por mas autónomas que se declaren en la misma Carta Fundamental. De esta forma, si un grupo de vándalos, que pueden o no ser estudiantes universitarios, se dedican a dañar automóviles y apedrear edificios en plena vía publica, en ejercicio de un supuesto derecho a protestar violentamente contra algo o alguien (el TLC, en este caso), no se puede aceptar que después de los desmanes corran a cobijarse en los predios de la universidad como si este fuera un territorio blindado contra la acción legítima de la fuerza publica. En tales casos, el operativo policial se encuentra respaldado en el contexto del derecho y la ley.

Pero el hecho de que la Policía esté amparada por la ley para reprimir una asonada estudiantil, no la habilita para emplear una fuerza excesiva y letal, que resulte en daños graves en la integridad física de los involucrados, o en su muerte. La mayoría de los países tienen como norma dotar a sus fuerzas policivas de elementos coercitivos, tales como balas de goma, chorros de agua y gases lacrimógenos, para efectos de reprimir protestas y mítines callejeros. Por tanto, a un operativo de esta clase no puede acudir la Policía dotada con armas de fuego. Y aunque es probable que en el curso de las acciones se presenten ataques armados contra la Fuerza Publica, nada extraño en un país como el nuestro, tampoco esta situación la faculta para abrir fuego indiscriminadamente en un escenario en donde se mezclan culpables con inocentes, y el riesgo de herir o matar a ciudadanos inermes es altísimo.

En el caso de Johny Silva, las primeras indagaciones muestran que el proyectil disparado sería de un arma corta, probablemente tipo pistola. Sin embargo, la fotografía que mencionamos parece mostrar que sufrió varias heridas, dada la profusión de sangre que se aprecia, que no es común en heridas provocadas con este tipo de armas. O que el disparo recibido pudo ser con un arma larga, que ocasiona gran daño físico dada la dimensión y la alta velocidad de sus proyectiles. Por otro lado, al parecer el tipo de proyectil no correspondería a los que usan las fuerzas policiales. Por tanto, como es inevitable, deberá esperarse a que se efectúen todas las exhaustivas investigaciones del caso para sacar conclusiones definitivas.

Lo que si se reclama es que, al menos en este caso, se haga de verdad una investigación seria, que permita saber a ciencia cierta frente a toda la ciudadanía caleña, y en especial a la dolorida familia de este joven, que fue lo que pasó esa fatídica tarde. Probablemente, Johny estaba en el lugar de su asesinato pretendiendo estudiar con el ahínco y la dedicación que su familia y sus amigos declaran que lo hacia, tal vez con el propósito soñado de ser un profesional y de ayudar a su humilde familia. Pero de lo que si estoy seguro es que, cualquier cosa que estuviera haciendo o pensando, nada tenia que ver con convertirse en un mártir forzoso de una causa que, por ahora, nadie tiene clara ni nadie entiende.

Paz en su tumba.

LA CASA VACIA

La casa yace, yace sin remedio, fantasma de sí misma, yace, yace, la casa pasa por sus vidrios rotos, penetra al comedor que está hec...